NFT, los coleccionables digitales de moda, que cuestan millones de dólares

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Publicado el 24 Mar 2021

nft cover que es

¿Pagaría usted un poco más de 2.000 millones de pesos colombianos por un meme publicado en Internet? ¿O tal vez, 140 millones de pesos por un avatar con diseño punk? Aunque suena descabellado, este es el tipo de transacciones que se están haciendo hoy en día en el mundo de las criptomonedas.

Impulsados por la infraestructura de ethereum (una criptomoneda creada en 2015), los NFT –non-fungible token– han abierto las puertas a una economía de coleccionables digitales que antes era impensable. Incluso hoy, pensar en comprar coleccionables digitales es raro, y mucho más si hablamos de lo que se paga por ellos y de la cantidad de dinero que se mueve en cada transacción.

Pero el auge actual de los NFT está cambiando las condiciones, a pesar de que para muchas personas no deja de ser un rompecabezas que tiene incluso su lado ridículo.

Pero entonces, ¿qué es un NFT?

Empecemos por el principio. Como ya dijimos, la sigla NFT corresponde a non-fungible token, que en español significa token no fungible. Ahora, ¿qué significa fungible? En inglés, un bien fungible es aquel cuya naturaleza le permite ser libremente intercambiable o reemplazable de forma completa o parcial.

Son bienes fungibles, por ejemplo, los billetes (el dinero físico) o los bitcoin. Por otro lado, la Mona Lisa o la Sinfonía No. 5 de Beethoven son bienes irremplazables y únicos en el mundo, y por tanto no fungibles. Precisamente este fundamento de bienes únicos es lo que está haciendo que los NFT estén ganando tanta fuerza, ya que un NFT es, por lo general, único o limitado.

Pero entonces tenemos otro problema: los NFT son bienes digitales, y de una imagen, por ejemplo, se pueden guardar copias o tomar pantallazos que hacen que el valor original se sienta superfluo. ¿Por qué pagar por una imagen digital en la que se puede hacer clic derecho y guardar sin tener que pagar nada?

Acá entra a jugar otro aspecto importante de los NFT, y es que su intercambio está basado en la estructura de ethereum y blockchain. Cada pieza distribuida como NFT es única e indivisible, y tiene igualmente un bloque único dentro de la base de datos que compone todo el sistema de blockchain. 

Estas piezas únicas también pueden ser sujeto de intercambios, en los que información como la transacción, el vendedor y el comprador quedan registrados en la cadena de datos. Con estos bloques únicos es que se puede verificar la identidad de las personas que son los dueños verdaderos de cada pieza digital. De la misma forma, estos NFT no se compran en dólares o pesos, sino en la criptomoneda ethereum.

Esta pieza de arte digital se vendió por 10,9 ETH (ethereum), equivalente a unos 20.000 dólares o 72 millones de pesos colombianos.

[su_box title=”¿Cómo se convierte un bien digital en un NFT?” style=”default” box_color=”#4479B8″ title_color=”#FFFFFF” radius=”3″ class=””]

En palabras sencillas, casi cualquier bien digital puede ser convertido en NFT. En primer lugar, el bien debe ser cargado a una página como Rarible (imágenes, gif, música) o como a Valuables (principalmente tuits).

Estas páginas se encargan de analizar el archivo y de crear una cadena única –llamada hash– basada en la información que contiene, y crear los metadatos. Al mismo tiempo, los archivos son asignados a un espacio único dentro del blockchain de ethereum –que en la jerga de criptomonedas se llama minting–. Cada tuit o bien digital puede realizar este proceso de minting solamente una vez, y debe ser confirmado por el dueño o la dueña.

Con estos valores creados, las plataformas como OpenSea y Rarible leen la información del blockchain y abren la subasta para que usuarios de ethereum puedan comprar los bienes digitales. Más información en la guía de Valuables

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¿Y por qué valen tanto?

Dado que estamos acostumbrados al intercambio de bienes materiales, la idea de comprar ‘objetos digitales’ y coleccionables que habitualmente no son tangibles no deja de ser extraña. Es cierto que una imagen digital puede ser descargada fácilmente, pero esto de cierta forma pierde la gracia que ofrecen los NFT.

En una entrevista para Wired, Vincent Harrison, un galerista de arte de la ciudad de Nueva York, aseguró: “Cualquiera puede ver en Internet fotos de las obras de arte más caras; los pósters se venden en los museos. Pero lo que crea valor es la propiedad. Así que con los NFT no solo se tiene la propiedad, sino que se tiene la propiedad en la cadena de bloques (blockchain), se tiene la propiedad que es transparente para que todo el mundo la vea”.

Muchos de los NFT que son vendidos son únicos o forman parte de una colección única. El video original de Nyan Cat –un meme de hace más de una década– puede ser visto por todos. Pero la imagen vendida como NFT en febrero, creada por el artista original, es única y así mismo tiene su token único en la blockchain de Ethereum. Precisamente por eso fue vendida por 545.000 dólares, o unos 1.939 millones de pesos colombianos.

Aunque todo parezca irracional, mucha de la razón detrás de este mercado está en el simple hecho de tener la autoridad de decir que se es el dueño de algo. Y es que, en cualquier caso, este no es un hecho nuevo y ha fundado en muchos casos el mercado de los bienes coleccionables. Páginas dedicadas a NFT, como OpenSea, muestran no solamente el arte, sino también quién es el dueño.

Tal vez el Charizard más caro de la historia de Pokémon. Imagen: Iconic Auctions

El valor de un bien es el que le damos

En el mundo de los coleccionables, mucho del valor monetario que se les da a los objetos está basado en el valor sentimental que les da el comprador. Cuando el rapero Logic compró una tarjeta holográfica de Charizard –un Pokémon de primera generación y de los más populares–, su valor sentimental superó por mucho el valor monetario. Esta tarjeta de Charizard se vendió por 183.000 dólares, unos 650 millones de pesos colombianos.

Cuando era niño me encantaba absolutamente Pokémon, pero no podía comprar las cartas. Recuerdo que incluso intenté cambiar los cupones de comida del gobierno por cartas. y ahora, como adulto que ha ahorrado cada centavo que ha ganado, poder disfrutar de algo que he amado desde la infancia es como volver a comprar un pedazo de algo que nunca pude tener; no se trata de lo material se trata de la experiencia.

Fuente: Logic en Instagram,

Los NFT, en muchos sentidos, son una primera expresión de este impulso por coleccionar objetos traducido al mundo digital. Mucho del arte que se produce hoy en día es digital, y el mercado de los NFT refleja el paso natural hacia el mercado de los coleccionables en un entorno también digital.

Es común encontrar personas que coleccionan monedas, estampillas del correo, billetes de varios países, modelos a escala o álbumes del mundial de fútbol. En el futuro, tal vez, los NFT lleguen a ser el equivalente digital de estas colecciones, pero convertidas a bits y bytes.

[su_box title=”Algunos de los NFT más curiosos” style=”default” box_color=”#4479B8″ title_color=”#FFFFFF” radius=”3″ class=””]

  • Jack Dorsey, CEO de Twitter, está vendiendo su primer tuit. Precio final: el equivalente a 2.900 millones de dólares.
  • Aphex Twin, reconocido artista de música electrónica, vendió su arte original que incluye sonidos únicos creados por el artista. Precio: 131.000 dólares.
  • El rapero Lil Pump (Gucci gang Gucci gang Gucci gang) vende su set de 2.000 NFT coleccionables con un precio de 9,99 dólares cada uno.
  • Elon Musk creó la música y el video de su pieza digital que iba a vender como NFT, pero luego decidió que no la vendería.
  • MF Doom fue un rapero influyente que falleció a finales de 2020, conocido por las máscaras que usaba en conciertos y videos. Ahora las versiones digitales de su máscara son vendidas como NFT para recaudar fondos para su familia. Precio: 17.000 dólares.
  • Beeple es unos de los artistas digitales más importantes en el mercado de los NFT. Su último set de arte se vendió por 777.777 dólares.

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Imagen principal: Captura de pantalla Impacto TIC y OpenSea

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Sebastián Romero Torres

Filósofo de formación y geek empedernido. Amante de los videojuegos, la tecnología, la música y el espacio.

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