Uno de los temas sobre los que más se ha hablado en el último año ha sido el de las criptomonedas. Esto no se debe solamente al hecho de que el precio de monedas como bitcoin, ethereum y dogecoin ha tenido aumentos importantes en algunos de los sitios de intercambio de criptomonedas, sino también a la exposición de personajes como Elon Musk –que habla constantemente sobre el tema en Twitter y lo ha mencionado en programas como Saturday Night Live– y de compañías como Tesla (de la que Musk es precisamente el CEO).
A esto también se han sumado tendencias como la de los NFT –Non-fungible token–, que están basados en el blockchain de ethereum y que abrieron un nuevo mercado de bienes coleccionables y digitales. Esta exposición, sin embargo, también ha traído consigo detractores de las criptomonedas, personas que se oponen a ellas por diferentes razones.
Para entender mejor las criptomonedas es necesario también tener en mente algunos conceptos fundamentales que son centrales en la discusión. Acá se incluyen términos como la minería de criptomonedas, blockchain, hash y, en general, cómo funciona el lado más técnico de las criptomonedas.
Algunos conceptos básicos
Las criptomonedas se caracterizan por ser enteramente digitales y no depender de medios físicos. En servicios como Daviplata o Nequi, a pesar de ser digitales, el dinero tiene una representación o equivalencia en el mundo físico, así no se use en las transacciones: los billetes y monedas. Este no es el mismo caso de las criptomonedas.
Todas las criptomonedas actuales son creadas utilizando códigos de programación, y todo el proceso de creación y de transacción está basado también en código. A excepción del intercambio de criptomonedas por dinero físico, todos los procesos de las criptomonedas están fundamentados en el mundo digital.
Pero en un ambiente enteramente digital, casi cualquier cosa que existe puede ser duplicada: videos, textos, imágenes… Parece que en Internet hay pocas cosas que no puedan duplicadarse. En el caso de las criptomonedas, esto tiene el riesgo de que las copias de las monedas puedan ser usadas en más de una transacción sin que la información de las copias tenga valor verdadero.
Con este riesgo en mente, todas las criptomonedas implementan lo que se conoce como blockchain. Blockchain es un tipo de base de datos en la que, además de estar almacenados, estos datos están encadenados (chained) los unos con otros, y de ahí su nombre. Los datos en blockchain son irreversibles y una vez son registrados se vuelven públicos y no pueden ser modificados.
En el caso de las criptomonedas, blockchain almacena información única sobre las transacciones, como el monto transferido, fechas, identificación de las monedas, tipo de transferencias, entre otros. Esta información es analizada y verificada constantemente por todos los usuarios de la red, lo que también garantiza que blockchain no sea alterado por terceros. Todo este sistema es automático y funciona constantemente, lo que garantiza que toda la cadena está siendo verificada y no existen huecos.
Estas transacciones son de compra y venta, como en el caso de los intercambios de monedas, o de adquisición de bienes, ya sea físicos o digitales. “Binance es la plataforma de intercambios más grande del mercado en términos de usuarios y de volúmenes, pero es mucho más que una plataforma de intercambio de monedas –dice Bryan Benson, gerente de Operaciones para América Latina de Binance–. El bitcoin es el más grande de todos, puedes comprar o vender el bitcoin por ethereum, o por litecoin. Hay combinaciones entre diferentes criptos para que puedan vender entre unos y otros”.
Aunque hasta acá puede parecer relativamente simple, la situación se vuelve un poco más técnica cuando hablamos de cómo se crean las criptomonedas. A este proceso se le llama ‘minería’, y se ha convertido en uno de los asuntos más debatidos alrededor del tema.
Entendiendo la minería
La minería de criptomonedas es el proceso por el cual se obtienen nuevas monedas. Así como en el mundo físico las monedas y billetes son impresos para que entren en circulación, en el mundo de las criptomonedas este proceso se hace por medio de la minería. Acá, evidentemente, no hablamos de minas físicas como las de metales, sino que es un proceso enteramente digital.
El proceso de minería está ligado íntimamente con el blockchain. Los mineros de criptomonedas actúan de cierta forma como verificadores de las transacciones que se realizan en blockchain, en donde revisan los bloques de datos correspondientes a cada una de ellas.
Un minero se convierte en candidato a recibir cripmonedas como recompensa a esta verificación que hace; sin embargo, no todos son recompensados. Cada transacción que es almacenada en el blockchain es sometida a un algoritmo, y lo que resulta es un número encriptado que se conoce como un hash. Aunque a veces se dice que los mineros buscan soluciones a problemas matemáticos complejos, esto no cuenta toda la realidad.
En términos más técnicos, todos los mineros están buscando un hash (o número haxadecimal de 64 bits) que sea igual o menor en un rango específico al que blockchain ha generado automáticamente de las transacciones. Una vez que alguno de los mineros encuentre el hash correcto o más cercano, se generan 6,25 BTC que son entregados solamente al minero que haya llegado primero a la respuesta.
Este sistema no es tanto una solución, sino más una carrera por adivinar el hash correcto. Haciendo una analogía, es parecido a una rifa en donde se escribe un número en un papel (el rol del blockchain) y luego se le pregunta a otras personas (el papel de los mineros) hasta que alguna adivine y obtenga su recompensa.
Tarjetas gráficas siendo utilizadas para la minería de criptomonedas. Imagen: Лечение Наркомании en Pixabay
Si fuera posible simplificar el concepto, puede decirse que los mineros no crean criptomonedas. Las criptomonedas están allí, como el oro en una mina. Lo que hacen los mineros es buscar el número asociado a una criptomoneda –el hash– que se crea automáticamente en blockchain. Cuando lo encuentran, acceden a –o minan– la criptomoneda.
Otro punto que vale aclarar es que blockchain no es un único sistema, sino que por lo general cada moneda tiene su propio blockchain. Así como diferentes empresas tienen diferentes bases de datos, cada criptomoneda tiene también su propio blockchain que registra las transacciones de esa moneda en específico.
La naturaleza de esta verificación hace que la minería sea en muchos sentidos una carrera por ‘adivinar’ el hash correcto. Dado que estamos hablando de números hexadecimales bastante grandes, se requiere de un poder computacional considerable. Aunque pudiera pensarse que este poder viene de la CPU, en un sistema de minería el elemento más importante es la GPU, el chip de procesamiento gráfico.
Esto se debe puramente a la arquitectura de estos chips. Los chips gráficos son mejores en el procesamiento paralelo de datos, lo que también significa que son mejores haciendo el trabajo de adivinar el hash correcto en una transacción. En teoría, cualquier persona con una GPU puede hacer minería de criptomonedas, pero lo cierto es que este es un proceso que consume bastante tiempo y energía.
En sus principios, el bitcoin podía ser minado con una GPU, pero el programa está diseñado para que no haya una saturación de bitcoins. Desde sus principios, el sistema está programado dinámicamente para crear un nuevo bloque aproximadamente cada 10 minutos. Cuando todo apenas empezaba y solamente había 10 computadores minando en todo el mundo, las operaciones eran sencillas. Hoy por hoy, para mantener estables esos 10 minutos con los millones de mineros alrededor del mundo, la dificultad ha aumentado considerablemente.
A medida que aumenta la dificultad, se necesita más poder de computación. Esto se soluciona con más GPU o con Asic –Application-specific integrated circuit–. En el mundo existen muchas operaciones de minado, con cientos de GPU trabajando en conjunto para encontrar nuevos bloques de bitcoin. Este sistema es replicado por otros tipos de monedas, como el ethereum o el dogecoin.
Este aumento de dificultad y la necesidad de más chips ha aumentado también el consumo energético del sistema. Aunque hay quienes argumentan que el sistema daña el medio ambiente debido a este alto consumo energético, Bryan Benson, de Binance, explica que esto es absurdo ya que no es una métrica razonable por la que se pueda medir un sistema financiero.
Al otro lado de la balanza, compañías como Tesla han dejado de aceptar pagos en Bitcoin, argumentando que las criptomonedas son una buena idea en muchos niveles y tiene un futuro prometedor, pero esto no puede ser a costa del medio ambiente: “Nos preocupa el rápido aumento del uso de combustibles fósiles para la minería y las transacciones de bitcoin, especialmente el carbón, que tiene las peores emisiones de todos los combustibles”.
Los avances no paran
Con las limitaciones energéticas y de procesamiento, hoy por hoy existen nuevos conceptos para poder llevar la minería y el sistema de las criptomonedas al siguiente nivel. Ethereum, por ejemplo, ha encontrado la forma para que el blockchain no solamente almacene información de transacciones, sino también bienes digitales como videos cortos, imágenes o arte digital.
Además de esto, la criptomoneda tiene planeado implementar un sistema nuevo y más novedoso, que busca eliminar el hardware de minería completamente y convertirlo en algo casi enteramente digital. En este concepto, los verificadores de transacciones ganan más oportunidades de encontrar bloques de ethereum dependiendo de cuánto Ethereum (ETH) invertan en un sistema que se conoce como POS –Proof-of-stake–.
En este concepto, sin embargo, el sistema funciona más como una lotería, en la que quienes desean ser verificadores deben primero invertir sus monedas de ethereum para tener más chances de ser elegidos, funcionando esencialmente como boletos de lotería. De esta forma, la minería ya no depende de cuántas GPU se tienen, sino de cuánto Ethereum se tiene invertido en la plataforma.
El tema técnico de las criptomonedas suena relativamente complicado, pero lo cierto es que sus consecuencias ya se empiezan a sentir. La flexibilidad de tener un sistema no centralizado, verificado comunalmente y que funciona en cualquier parte del mundo es una ventaja inmensa, aunque todavía falta más avances en temas legales y regulatorios. Esto, además, sin contar con las nuevas implementaciones de blockchain en sistemas de datos de todo tipo.
Así cierra Benson, de Binance: “En los criptos yo veo oportunidades mucho más grandes. Las personas pueden comprar y vender con cuentas en dólares digitales, lo que antes una persona sin visa no podía hacer. Lo que el Bitcoin hace es convertir energía en dinero, y esto puede ser hasta una solución. Yo lo que veo son más soluciones que problemas”.
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