La disputa sobre la dominancia de Claro en el mercado de comunicaciones móviles de Colombia es una historia larga. El proceso se inició formalmente en 2017 y hasta mediados de 2019 todavía se esperaba que la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) tomara una decisión al respecto.
Esta no llegó en la sesión definitiva (julio de ese año) y el proceso se pospuso cuando entró en vigencia la Ley de Modernización del sector TIC, que entre sus puntos contemplaba la creación de un nuevo regulador único que sería el encargado de tomar el caso en sus manos. Entre la definición, conformación y transición hacia el nuevo ente, el temor de los otros operadores era que la decisión se dilataría por lo menos hasta 2020 o más allá, como en efecto sucedió.
“La forma cómo se dilata una decisión de esta envergadura es una burla para el sector y sobre todo para los usuarios”, manifestó en ese momento Marcelo Cataldo, presidente de Tigo, señalando que la situación favorecía a Claro.
Cuando comenzó el proceso, Tigo y Movistar –a un lado del cuadrilátero– buscaban condiciones más equitativas en el mercado. Del otro lado de la balanza, Claro utilizaba como argumento de defensa un concepto de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) según el cual la empresa no tenía una posición dominante. Básicamente, su argumento era que el tamaño de Claro no atentaba contra la posibilidad de Tigo, Movistar o cualquier otro para invertir o competir.
El pasado viernes 28 de enero, la CRC tomó una decisión al respecto: la entidad constató que Claro es, efectivamente, dominante en el mercado de servicios móviles, que incluye voz y datos. Se trata de una decisión en primera instancia, que no acarrea sanciones, sino que es es emitida como una declaración de la situación del mercado. Con esto, la CRC puede monitorear más de cerca el mercado móvil y prevenir abusos que podrían resultar de esta posición por parte del operador. Claro todavía tiene la posibilidad de presentar un recurso de reposición durante los 10 días siguientes.
No sobra recordar que, aunque el cambio de regulador y la pandemia dilataron el proceso y pusieron la atención en cosas más urgentes, en el entretanto no han dejado de pasar cosas que han mantenido activa la disputa.
Por ejemplo, en noviembre de 2020 Tigo presentó un estudio de la consultora independiente Analysys Mason según el cual, entre otras cosas, Claro se está llevando aproximadamente el 59 % de los recursos del mercado de telecomunicaciones del país, lo que deja el 41 % restante para dividir entre 10 operadores.
Cómo conclusión del estudio financiado por Tigo, señala un informé de La República, el regulador debería tomar medidas como la definición de “tarifas más bajas de los seguidores para acceder a la red del dominante, revisar la asignación de nuevo espectro para que no aumente la concentración, evaluar los subsidios que se asignan para que no favorezcan la dominancia y limitar las prácticas anticompetitivas por parte del dominante”. En este enlace se puede encontrar la presentación del estudio.
La presentación de este informe se produjo tan solo unos días después de que Tigo, Virgin Mobile, ETB, Partners Telecom Colombia, Telefónica y la Asociación de Operadores de Tecnologías de Información y Comunicaciones de Colombia (Asotic) enviaron una carta a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) –a la que pertenece el país– pidiéndole que llamara la atención del gobierno para que tome medidas frente a la –entonces supuesta– dominancia de Claro. Esto, de alguna manera, debió poner algo de presión sobre el regulador.
Paciente espera
La decisión tomada por la CRC no es una victoria definitiva para los competidores de Claro, pues solo establece un monitoreo –no medidas específicas– y aún da tiempo al operador de presentar un recurso de reposición. La posición de Tigo al respecto fue prudente: “Respetamos y acogemos la decisión del ente regulador. Quedamos atentos al monitoreo que se hará al proceso, según lo determinó la CRC. (…) Creemos en la importancia de avanzar con el gobierno en la definición del mejor marco que ayude a hacer que la conectividad sea más asequible y promueva el desarrollo digital y económico del país. Ratificamos nuestro compromiso en el 2021 de seguir invirtiendo de manera intensiva en el país”.
La reacción de Movistar también apunta a rescatar lo positivo, pero insiste en que es necesario tomar medidas concretas: “Una vez conocida la decisión de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), de declarar a Claro como operador dominante en la prestación de servicios móviles, Telefónica Movistar Colombia considera que este es un paso que beneficiará a todos los colombianos, pero también advierte la necesidad de que el regulador tome medidas diferenciales para controlar esta situación en defensa de los usuarios y de la libre competencia. Para Telefónica Movistar, esta decisión no solo debe conducir al regulador a tomar medidas para corregir esta falla del mercado –evidenciada hace más de una década–, sino que debe orientar las decisiones de las demás autoridades sectoriales, por ejemplo, el Mintic de cara a las próximas decisiones sobre asignación de espectro”.
El viernes de la semana pasada, Claro manifestó no tener conocimiento de la resolución, pero dijo que la decisión “se basa en el análisis de información de hace más de cinco años, la cual claramente no refleja la realidad actual del mercado”. Si bien el argumento hace referencia al tiempo que el proceso lleva en marcha, mal habría hecho la CRC en no incluir en la información actualizada, como el reciente estudio de Analysys Mason, por ejemplo. ¿Habrá sido así? Claro, de nuevo, recurre al concepto de la SIC para alegar que no tiene una posición dominante en el mercado.
Consultado por Impacto TIC, Sadi Contreras, director de Regulación de Contenidos Tecnológicos en AlCentro, aplaudió la decisión: “Mi opinión es absolutamente favorable hacia la CRC por una difícil decisión, que en principio tenía prejuicios en el sector por la cercanía de Claro con el Gobierno, pero que finalmente mostró el talante de transparencia y tecnicidad que debe dar personalidad al nuevo órgano único convergente de las TIC en un país. Beneficia los demás operadores porque equilibra la cancha, limita el valor de tarifas de interconexión y uso de redes, tarifas que finalmente deben verse reflejadas en mayor competencia en el mercado y por ende beneficios para el consumo final”.
Sin embargo, este capítulo está lejos de cerrarse, pues aunque la reposición de Claro debe presentarse en un plazo de relativamente corto, los análisis posteriores y el monitoreo de la CRC a las actividades del operador pueden extenderse otro buen tiempo, durante el que Tigo, Movistar y los demás competidores seguramente seguirán con la guardia arriba. Ya pasaron los años que corren entre 2017 y 2021… ¿cuántos más habrá que esperar?