Los obstáculos en el camino hacia el despliegue del 5G

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Publicado el 28 Nov 2022

Subasta de 5G

El gobierno reiteró hace unos días su intensión de realizar la subasta de espectro para 5G en el primer semestre de 2023, la cual planea poner a disposición bloques en bandas bajas (10 MHz), medias (no se ha especificado) y las que han denominado bandas medias altas (donde hay 400 MHz libres). Con esto avanzaría un proceso que ya tiene dos años de retraso para que el país se ponga a la par tecnológica de Brasil, Chile y Uruguay.

¿Están dadas las condiciones para que avance la subasta a un ritmo apresurado? Más allá de las declaraciones de Saúl Kattan, consejero presidencial para la Transformación Digital, y Sandra Milena Urrutia, ministra de las TIC, las directas implicadas –es decir, las compañías de telecomunicaciones– no han mostrado afán por que se acelere una subasta que, además, coincidirá con la renovación de las costosas frecuencias de espectro que hoy arriendan para ofrecer Internet y voz móviles.

La subasta será exitosa en la medida que todos los aspirantes accedan a las licencias de espectro, primero porque se asegurará un mayor despliegue; segundo, porque será signo de ‘buena salud’ de la industria, y en tercer lugar, por los recursos que recibirá el Estado. Pero la coyuntura actual es muy diferente a la de 2013, cuando se asignaron las frecuencias para 4G, o 2019 cuando llegó Wom y se recaudaron USD$1.500 millones, según datos oficiales.

Hoy el viento no está a favor como entonces y los obstáculos son grandes:

Renovación de licencias

En 2023 y 2024 se vencen más de la mitad de las licencias de espectro que hay en la actualidad, en las bandas 850 MHz, 1.900 MHz y 2.500 MHz, donde operan los servicios móviles de Claro, Movistar y Tigo-UNE, para lo que el Ministerio de las TIC tiene que definir precios y condiciones.

La clave está en el valor que el gobierno asignará a esas licencias. Por un lado, está la priorización del recaudo, tentación inevitable en tiempos de vacas flacas y reforma tributaria; o aplicar parámetros internacionales que en la actualidad se enfocan hacia la reducción de precios para priorizar el despliegue y el cierre de la brecha digital.

Optar por la primera opción no solo afectaría el devenir de la subasta de 5G sino que precipitaría una crisis en el sector, porque los operadores no están dispuestos a seguir pagando los altos costos que vienen desembolsando por el espectro radioeléctrico, que según la GSMA el colombiano es uno de los más caros del mundo.

Por ejemplo, dos empresas lo devolvieron en México, donde una de ellas decidió convertirse en Operador Móvil Virtual (OMV). Y tampoco tenemos que ir muy lejos: Movistar Colombia renunció hace pocas semanas a un espectro temporal en la banda de 2.5 GHz por considerarlo muy costoso.

Por ahora, las declaraciones de los voceros del ejecutivo van en dirección a la reducción en el precio de la renovación de las licencias, pero eso solo se conocerá cuando la ANE presente los resultados de la nueva valoración de ese recurso.

Menores ingresos por usuario

Colombia ha sido por años uno de los mercados más competidos del continente, lo que se profundizó con la llegada de Wom que, además, motivó una caída en los precios de los planes de los operadores establecidos como respuesta a la agresiva estrategia del recién llegado, que ya había aplicado en Chile con excelentes resultados.

Según el más reciente informe de Internet móvil de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), el ingreso promedio por usuario (ARPU) fue de $18.858 en junio, presentando una disminución de 2,3% frente al mismo mes del año anterior.

En resumen, el ARPU de los cuatro mayores operadores de telecomunicaciones no es el ideal para emprender las faraónicas inversiones que tienen por delante. Esto es resultado no solo de los bajos precios a los que llevó la tremenda competencia local, sino de un contexto macroeconómico de inflación y devaluación.

El informe de la CRC señala que en el segundo trimestre los ingresos del sector correspondientes al servicio de Internet móvil aumentaron en 10,1% frente al mismo periodo en 2021, alcanzando $2.14 billones de pesos. No obstante, la inflación interanual fue del 9,7% en ese mismo periodo, lo que implica que solo crecieron cuatro puntos por encima del IPC.

Un ARPU bajo, alta inflación y devaluación del peso, más elevados precios del espectro, ejercen presión sobre los márgenes y reducen la capacidad y el incentivo para invertir en redes de quinta generación, e incluso de cuarta generación y fibra óptica. Lo que se traduce en menor y peor cobertura.

¿Optimismo desmesurado?

“Pensar que la llegada de una tecnología se limita a un proceso de entrega de concesiones es erróneo. No es lanzar 5G, es hacerlo con un plan de negocios concreto que justifique su lanzamiento para el beneficio de la sociedad y no como quimera mediática sin impacto alguno a corto plazo”, dijo en su blog personal José Felipe Otero, vicepresidente de 5G Américas. 

Las redes de quinta generación no significan “velocidades cinco veces más rápidas”, como lo dijo una ministra de ingrata recordación en el MinTIC. Su trascendencia está en el desarrollo de Ciudades Inteligentes, cadenas logísticas, en el agro, salud, la industria petrolera y un sinfín de actividades que utilizan IoT; o destinarlas a llevar conectividad a zonas rurales hasta ahora desatendidas por el alto consto del despliegue de redes fijas, mediante un esquema denominado Fixed Wireless Access (FWA).

Es por esto que el plan de negocios rentable es clave para justificar la inversión en esta tecnología, porque el conectar a los usuarios que hoy utilizan 4G no va a significar un aumento en los ingresos de los operadores.

Es por esto que…

Cuesta trabajo pensar que la subasta de 5G se realizará en los próximos seis meses, primero por los puntos ya esbozados y, en segundo lugar, porque son metas muy optimistas para los tiempos que maneja la administración pública. Pero un retraso puede ser algo positivo si en medio se avanza en las renovaciones de las licencias y cede el ritmo desbocado de la inflación, para que todos los operadores aseguren su participación en el negocio.

P.D.: El gobierno nacional tomó una decisión acertada con la liberación de la banda de 6 GHz. Esto permitirá que mediante la complementariedad entre redes 5G y Wi-Fi 6E se pueda llevar Internet a zonas que hoy no tienen buena cobertura.

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Felipe Castro Cervantes

Periodista especializado en TIC y telecomunicaciones, con maestría en Gestión de Servicios Tecnológicos y de Telecomunicaciones de la Universidad de San Andrés, en Argentina. Asesor de prensa y comunicaciones de la Secretaría de Economía del Conocimiento, del Ministerio de Economía de Argentina.

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