Te despiertas todas las mañanas con decisiones que tomar, como qué ponerte, qué comer y, por supuesto, la más difícil: ir al gimnasio o permanecer en la cama calentita. Todas estas son decisiones importantes que establecen el tono de una mañana y de un día productivos.
Y una vez que te incorporas al trabajo, las puertas de la inundación de decisiones se abren. En el momento en que está terminando la noche, ¡has tomado un promedio de 35.000 decisiones!
Lo más probable es que te sientas emocionalmente agotado al final del día. Después de tomar todas estas decisiones, el mero pensamiento de tomar otra es agotador. Pero no son la falta de café ni el exceso de trabajo los que hacen que te sientas agotado. La culpable es la fatiga de decisión.
Acuñada por Roy F. Baumeister, psicólogo social y autor de ‘Willpower: redescubriendo la fuerza humana más grande’, la fatiga de decisión ocurre después de una larga sesión de toma de decisiones, que resulta en una baja de autocontrol y fuerza de voluntad. Al igual que tus músculos se agotan después de un entrenamiento cardiovascular largo, tu cerebro también es como ‘un músculo’ que se cansa. Y cuando está agotado, conserva la energía tomando decisiones por impulso o no tomando ninguna. Hay una razón por la que le dices a tu compañero: “¡No me importa lo que comamos para la cena, tú decides!”
¿Cuáles son los efectos de la fatiga de decisión en tu productividad? ¿Y cuáles son algunas de las formas en que puede aumentar tu autocontrol para tomar decisiones mejores y más saludables durante todo el día?
Cuando la fatiga te pega
Baumeister y su equipo explicaron que existe un vínculo entre las acciones de toma de decisiones, el autocontrol y la fuerza de voluntad. El autocontrol parece deteriorarse con el tiempo debido a los esfuerzos repetidos, como la toma de decisiones. Al igual que el cerebro y el cuerpo pueden desgastarse con un uso excesivo, el autocontrol y la fuerza de voluntad también están sujetos al agotamiento.
A medida que tomamos una decisión tras otra, agotamos nuestra capacidad de controlar nuestros impulsos. Por ejemplo, si has pasado el día en reuniones consecutivas y un empleado te solicita la aprobación para enviar una presentación al equipo de ventas, puedes dar el OK de forma impulsiva sin revisarla, solo para descubrir más tarde que los datos en las tablas son incorrectos.
Al igual que los efectos de la falta de sueño, la fatiga por decisión resulta en déficit de varias cosas: inteligencia emocional, la capacidad para realizar múltiples tareas, así como la iniciativa para producir soluciones innovadoras a problemas, evaluar riesgos y anticipar consecuencias. Esas son consecuencias TERRIBLES.
Agotado por decisiones
En la era digital, la información nos llega como una tormenta. Desde el momento en que te levantas, las notificaciones de correo electrónico, redes sociales y canales de chat están luchando por tu atención. Sin que lo sepas, tu cerebro crea accesos directos en forma de sesgos cognitivos para ayudarte a procesar esta afluencia de información. Para la restante, que no se procesa automáticamente, debes tomar una decisión: ignorarla o prestar atención.
Con toda la información compitiendo por tu atención, tomas decisiones; incluso ignorarla es una opción. Cuantas más elecciones hagas a lo largo del día, más difícil será para tu cerebro hacer más; entonces, para conservar energía, crea más atajos.
Al tomar decisiones, el cerebro usa estos atajos y favorece las ganancias a corto plazo. Las decisiones son impulsadas por la necesidad urgente de completar la tarea y hacer una elección, especialmente cuando nuestra fuerza de voluntad se está agotando.
Baumeister y sus colegas descubrieron en una serie de experimentos y estudios que la fatiga por decisión agota el autocontrol, lo que resulta en problemas emocionales, bajo rendimiento, falta de persistencia e incluso fallas en el desempeño de una tarea. En lugar de pensar en las consecuencias, es más probable que tomes una decisión impulsiva. El otro atajo es no hacer nada. Tu cerebro literalmente entra en análisis de parálisis.
A nivel organizativo, esto se puede ver en forma de cuellos de botella. Las personas que se convierten en estos ‘embudos’ generalmente se encuentran en cargos gerenciales y están atendiendo múltiples solicitudes y tomando muchas decisiones todos los días. Eventualmente, su capacidad para tomar decisiones llega a su punto más bajo y deciden no hacer nada para evitar el fracaso, manifestado en la forma de tomar la decisión equivocada. Por lo tanto, la próxima vez que te encuentres con una situación de cuello de botella, tal vez quieras preguntar a tu colega cuántas decisiones tomó ese día y si es un momento adecuado para un descanso.
Cómo derrotar la fatiga de decisión
Afortunadamente, hay muchas maneras de combatir la fatiga de decisión. Con algunos descansos rutinarios y saludables durante el día podrás reponer tu fuerza de voluntad y aumentar tu productividad durante una jornada pesada.
1. Aléjate del caos
Hay una razón por la cual tienes algunas de tus mejores ideas y tomas tus mejores decisiones cuando te estas bañando o saliendo a caminar con tu mascota. Cuando te alejas de las exigencias de la vida cotidiana, liberas la corteza prefrontal de tu cerebro. Esta área es responsable del pensamiento lógico y del uso de la fuerza de voluntad para vencer los impulsos (crucial para combatir la fatiga por decisión).
Luego, tu cerebro presenta inconscientemente conocimientos nuevos y existentes que no pudiste aprovechar cuando estabas rodeado por el bullicio del día a día. Al darle un descanso a tu cerebro, le permites hacer mejores conexiones neuronales y, en última instancia, tomar mejores decisiones.
2. Aplicar rutinas para minimizar la toma de decisiones
Hay una razón por la cual algunos de los líderes más grandes de Estados Unidos usan la misma ropa a diario. Steve Jobs, Mark Zuckerberg y Barack Obama siempre se muestran vistiendo camisas o trajes del mismo color. Esto no es una coincidencia. En cambio, el desarrollo de rutinas para tareas de poca importancia (como vestirse) conserva el espacio y la energía de tu cerebro para decisiones más amplias.
Construir un vestuario con diseños de ropa similares y elegir tu ropa la noche anterior es una excelente manera de seguir los pasos de Obama o Zuckerberg. Baumeister y sus colegas descubrieron que las personas más exitosas conservan su fuerza de voluntad desarrollando hábitos y rutinas efectivas para ayudar a reducir la cantidad de estrés en sus vidas. Su rutina puede consistir en comer un desayuno saludable, ir al gimnasio, leer un capítulo de un libro o meditar. Cualesquiera que sean tus preferencias, una rutina constante al comienzo de tu día te ayudará a combatir la fatiga por decisión.
3. Trabaja en Lotes
Una excelente manera de aumentar tu productividad es agrupar tu trabajo. Hay diferentes programas, apps o métodos para usar. Puedes bloquear ciertas horas o días de la semana que las dedicas a “producir” o hacer trabajo creativo, y otras horas o días que dedicas a “gestionar” o tener reuniones con colegas y elaborar estrategias para los proyectos. También es efectivo agrupar tus tareas diarias por bloques de tiempo cada día. Por ejemplo, puedes programar una hora en tu calendario para vaciar por completo la bandeja de entrada de tu correo, todos los días a las 9 a.m.
Al “encarcelar” el trabajo de esta manera, eliminas la necesidad de tomar decisiones sobre lo que quieres trabajar todos los días o incluso cada hora. En su lugar, tienes una rutina diaria consistente que libera tu mente de pequeñas decisiones que llevan a la fatiga. Si necesitas algo de disciplina para agrupar tu trabajo en intervalos de tiempo dedicados durante tu día, ¡Usa la técnica Pomodoro!
4. Establecer plazos para las decisiones
Si tienes que reservar un vuelo para tu próximo viaje de negocios o informar a tu jefe qué diseñador web deseas contratar, establece una fecha límite personal para que tomes la decisión. Al establecer una fecha límite, le estas diciendo a tu cerebro cuándo debe volver al pensamiento y tomar la decisión. Esto ayudará a liberar espacio y energía en tu cerebro para enfocarse en otras tareas que requieren tu atención inmediata.
5. Come un ‘snack’ saludable
Puede parecer un consejo simple, pero el hambre está científicamente vinculada a tu deseo de tomar decisiones impulsivas. Cuando tienes hambre, tu estómago produce una hormona, la ghrelina, que disminuye el control sobre los impulsos. Y de acuerdo con Baumeister, “los actos de autocontrol provocan reducciones en los niveles de glucosa en la sangre, que a su vez predicen un autocontrol deficiente en las tareas de comportamiento”. Por lo tanto, cuando tienes hambre y tus niveles de glucosa son bajos, comer un bocado saludable puede proporcionarte la “sacudida” que necesitas para ser más productivo y evitar tomar una decisión equivocada.
La próxima vez que tengas una reunión larga o una sesión de trabajo que resulte en fatiga mental, ten un periodo corto de tiempo antes de tu próxima tarea o reunión para comer una fruta o una barra de granola.
No hay forma de evitar tomar decisiones, pero con algunos de estos consejos en tu caja de herramientas podrás identificar rápidamente cuándo se está estableciendo la fatiga y cómo combatirla. ¡Ahora avanza y flexiona ese músculo de autocontrol!
Colaboración especial para Impacto TIC.
Imágenes: Quimono, Sophieja23, ColiN00B, Aytuguluturk y MabelAmber (vía Pixabay).