Este viernes se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, designado el 16 de septiembre de 1994 durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el fin de conmemorar el día en el que se firmó el Protocolo de Montreal que este año cumple 35 años.
Este protocolo se diseñó y creo durante el Convenio de Viena firmado por 28 países para proteger la capa de ozono con el propósito de reducir la producción y consumo de sustancias responsables del deterioro y agotamiento de la capa, que en su mayoría contienen bromo y cloro.
Es importante destacar que la capa de ozono es una franja de gas que protege a la tierra de los rayos del sol -en su mayoría ultravioleta- y así protege la vida en el planeta. Por lo mismo se han buscado diferentes alternativas y tecnologías para lograr preservar la capa de ozono.
Tecnologías que protegen la capa de ozono
Horno rotatorio de alta temperatura
Estos hornos son los que se han estado utilizando en los últimos años en Colombia. El ultimo horno se instaló hace unos años cerca a Bogotá y se piensa empezar a utilizar este año para destruir entre 25 y 50 toneladas al año de sustancias agotadoras de la capa de ozono (SAO).
El profesor Óscar Javier Suárez Medina, director de la investigación realizada por la ingeniera química Angélica Antolínez acerca de las soluciones para evitar el deterioro de la capa de ozono para optar por el título de Magíster en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), compartió el proceso de funcionamiento de los hornos;
“Se trabaja en el área de residuos peligrosos, generalmente lo que se hace es un proceso de combustión. El problema es que como estas sustancias tienen una estabilidad muy alta, son difíciles de destruir mediante combustión, por lo que es necesario mezclarlas con combustibles; aunque el proceso destruye la molécula de SAO, puede generar problemas de emisión de dioxinas y furanos, u otros problemas ambientales”
Además, se están buscando otras alternativas similares para que en 2030 se logren destruir de 100 a 215 toneladas al año, en especial destruir los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HFC).
Frente a esta situación, Óscar Javier expone:
“como estos residuos son peligrosos, una opción es exportarlos para destruirlos en otro país, lo cual resulta complejo porque se debe cumplir con requisitos y permisos internacionales. Es un proceso sumamente costoso y que no es rentable para el país, de ahí la importancia de mejorar las tecnologías actuales, o implementar tecnologías nuevas”.
Reactor de vapor sobrecalentado
El reactor de vapor en este momento sería la mejor alternativa para Colombia para lograr destruir las sustancias destructoras de la capa de ozono. Esta tecnología descompone los HFC en fase gaseosa a temperaturas de 850 y 1000 °C. Sin embargo, la ingeniera Angélica Antolínez aclaró que:
“la tecnología más favorable sería dicho reactor, el cual no se ha tenido en cuenta en el país”.
Por lo anterior, se requiere mayor disposición frente a nuevas alternativas que puedan llegar a ser más eficientes. Por el momento, Colombia va por buen camino, ha cumplido con la eliminación total del consumo de CFC y con el cronograma propuesto para eliminar los HFC, pero para el 2030 debemos abrir un abanico de opciones que contribuyan a mitigar el problema de raíz.
Foto principal: Caniceus en Pixabay.