Hablar de la Cuarta Revolución Industrial parece ser un tema exclusivo del sector de la tecnología y los círculos de poder. Es decir, que su principal interlocutor sean ellos.
Al desdibujar los límites entre lo físico, lo digital y lo biológico, la Cuarta Revolución Industrial incide en todo, desde las dinámicas sociales dentro de la privacidad del hogar, pasando por la educación (los métodos y el contenido), las actividades culturales y de ocio, la investigación académica, hasta llegar a incidir en la formulación de políticas públicas. Pero dejando de lado los los eslóganes, publicitarios y políticos, ¿qué tanto se está inventando? De pronto, lo realmente disruptivo no está bajo este marco, sino que estará en el campo de la física cuántica (y consigo la computación cuántica); puede que esa sea la “verdadera revolución”.
Una idea común dice que no, no hay invención, ya todo está inventado y que solo se le están dando diferentes aplicaciones a lo ya existente. ¿Pero entonces por qué existen equipos de investigación y desarrollo llenos de físicos, químicos, biólogos, ingenieros y demás?
Las revoluciones industriales y la capacidad inventiva de los seres humanos nos han dado desde la máquina de vapor hasta la manipulación genética; pero invención, innovación, transformación y aplicaciones son términos muy diferentes, por lo que hablamos con varios científicos para entender un poco más qué está sucediendo y los formulamos una única pregunta:
¿Realmente estamos inventando cosas en el mundo actual o estamos transformando las que ya existen?
Edna Matta-Camacho
Es química de la Universidad Nacional.
Actualmente es investigadora asociada de la Universidad de Carleton (Ottawa,Canadá). Su trabajo se centra en bioquímica, biología molecular y celular. Fundó además @STEMsnFronteras.
El cambio es el primer paso para la innovación, por lo tanto, desde mi punto de vista es difícil desligar estos dos eventos.
Nuestros avances tienen un ‘ancestro’ común, por decirlo así; mejoramos y transformamos nuestras herramientas basados en el ambiente que nos rodea. Sin embargo, hay muchos ejemplos donde la transformación va más allá de la necesidad inmediata y es allí donde se da la invención de cosas.
Diego Torres
Es físico y doctor en Física Nuclear de la Universidad Nacional de Colombia, con experiencia posdoctoral en las universidades de West of Scotland (Reino Unido), y de Rutgers University (Estados Unidos). Profesor del departamento de Física de la Universidad Nacional y divulgador de ciencia en la serie ‘Yongaritmo y los Polinomios‘.
El proceso creativo es una cuestión muy compleja, no todos los inventos terminan en innovaciones. Cuando inventamos el motor eléctrico, hace más de 100 años, de manera inmediata no inventamos el carro eléctrico. Pero la invención del motor eléctrico fue una cosa impresionante por el desarrollo científico que en su momento eso dio.
Entonces, en lo que se refiere a innovaciones tecnológicas, es un proceso en el cual unimos cosas que están llegando, que se están inventando, con cosas que ya han sido inventadas hace tiempo. Un ejemplo es la creación de las aplicaciones móviles: una cosa es que ya teníamos el conocimiento para transmitir información, lenguajes de programación, metodologías para enviar fotos y hacer compresión de imágenes, pero luego colocar todo eso requirió no solamente usar cosas que ya teníamos sino inventar cosas nuevas.
En esto hago un llamado al valor de la ciencia. La ciencia básica no produce innovaciones de entrada, pero tarde que temprano termina impactando las innovaciones y la tecnología. Ejemplo: la investigación en ciencia básica creó en los años 80 lo que hoy conocemos como Internet. Cuando estábamos buscando la partícula de Higgs en el Cern se crearon los primeros protocolos para compartir información en varios computadores y tener ‘una Intranet’ que luego se convertiría en ‘la Internet’.
La respuesta sería que habría que mirar cada uno de los casos, en algunos, las mismas innovaciones hacen que se creen cosas nuevas pero también se necesitan cosas que ya habían sido inventadas o descubiertas, o principios físicos que ya conocíamos muy bien de antemano. Eso le va a pasar a la tecnología cuántica. Esa revolución de la información a partir de la mecánica cuántica va a hacer uso de cosas que ya conocemos hace más de 100 años pero que hasta ahora estamos en la capacidad de poner a prueba.
Entonces sí estamos haciendo cosas nuevas definitivamente en ciertas tecnologías, estamos inventando cosas y estamos pujando la frontera del conocimiento y la tecnología, pero al mismo tiempo también estamos apalancándonos en hombros de gigantes, en conocimientos y tecnologías anteriores.
Andrea Navas Calixto
Es química, con maestría en Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo. Fue líder regional de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (ACAC) en el Cauca, actualmente, apoya en el diseño del modelo de gestión para la infraestructura científica y tecnológica de la Universidad del Valle; y es miembro de la Red de Gobernanza en Ciencia, Tecnología e Innovación.
Sí estamos inventando muchas cosas, siempre la creatividad del ser humano es inventar, pero ahora más que nunca debemos preguntarnos ¿Para qué este invento? ¿Para qué esta innovación?
Para mí las industrias 4.0 nos brindan una gran herramienta que solo sería una real capacidad de innovación si la sabemos usar: análisis de datos para tomar decisiones que ayuden al desarrollo sostenible y los retos actuales de la sociedad mundial. Tener las inmensas posibilidades que nos da el Big Data y la información digital no servirán de nada si no generamos una verdadera conciencia sobre las urgencias que requiere el mundo, contempladas en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS).
Debemos preguntarnos ¿para qué esta innovación? ¿Esta innovación genera brechas sociales? ¿Esta innovación es incluyente? ¿Esta innovación contamina? ¿Esta innovación tiene dilemas éticos? Debemos dejar de pensar en ‘Innovar por innovar’ o ‘conectar por conectar’ o ‘automatizar por automatizar’. Ser más reflexivos, abrir espacios de participación para incluir a todos los actores de la sociedad que se beneficiarán o afectarán de dichas innovaciones.
Esta reflexión la está haciendo la #InnovaciónTransformativa, una teoría que lleva algunos años discutiéndose entre los académicos de las Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación y que en Colombia se materializó en el Libro Verde 2030 publicado en el 2017 por (en ese entonces Colciencias) MinCiencias.
Jairo Alexis Rodríguez
Es licenciado, maestro y doctor en Física por la Universidad Nacional de Colombia, donde además es profesor titular del departamento de física y decano de la facultad de Ciencias.
Realmente las revoluciones industriales vienen precedidas de revoluciones en ciencias básicas, el hecho de entender de manera profunda al sentarse lo suficiente logra cambios que se traducen en innovación tecnológica. Por ejemplo el siglo XX fue uno de desarrollo de aplicaciones de lo que se hizo en el siglo XIX, la electrodinámica.
Durante el siglo XX se desarrolló, por ejemplo, la mecánica cuántica de la que ya vimos una primera revolución vía la llegada del computador. Estamos ad portas de una segunda revolución gracias a la mecánica cuántica por cuenta de los desarrollos en computación cuántica y matemáticas.
Las cosas las inventamos en las ciencias y las apropiaciones de esos conceptos fundamentales se configuran en transformación de nuestro mundo.
En la Cuarta Revolución Industrial se conjugan varias cosas, pero si uno se pone a ver qué es lo que está detrás no es muy profundo. Por ejemplo, lo digital, los computadores no son algo nuevo, lo que ha aumentado es el poder de computo, hemos mejorado los chips y la tecnología, que ahora lo unimos con biología. Los biólogos ahora hacen biología molecular y computacional, de donde uno esperaría que salgan cosas nuevas.
Hay una revolución que es mucho más profunda, que es la que se va a dar cuando tengamos acceso al computador cuántico, y ahí sí nos van a cambiar, de manera sustancial, muchas más cosas. El hecho de tener un computador cuántico hará que se transforme toda la banca, solo por poner un ejemplo. Cómo protegerse, cómo van a funcionar las nuevas identidades o las búsquedas en Internet, todo se transformaría.
David Tovar
Es geólogo de la Universidad Nacional de Colombia y divulgador científico. Docente de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y Universidad de la Sabana.
En mi opinión, se están realizando ambas y a una gran velocidad. Muchos de los inventos que han transformado al mundo, se han transformado y adaptado a las necesidades de nuestro actual ritmo de vida y otros factores relacionados con el entorno.
Casos puntuales, los medios de transporte. Si lo vemos en un amplio panorama, los medios de transporte siguen empleando el mismo principio básico de desplazarse del punto A al punto B. Sin embargo, la manera en cómo lo hacen y la eficiencia en el proceso se han transformado y seguramente lo seguirán haciendo.
De igual manera es innegable que la gran cantidad de información que existe actualmente, sumada a la necesidad de un procesamiento de datos efectivo y muy seguro, está llevando a nuestra especie a innovar en aspectos tecnológicos, biológicos y físicos. Esto lo estamos viviendo actualmente y en pocos años ya tendremos una transformación sustancial de nuestro entorno y seguramente de nuestros hábitos.
Rafael Molina Gallego
Es químico de la Universidad Nacional de Colombia y doctor en Ciencias Naturales Aplicadas de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
Es docente de la Universidad Nacional de Colombia y líder del grupo de investigación Estado Sólido y Catálisis Ambiental (ESCA) del Departamento de Química. Fue vicerrector de Investigación de la universidad entre marzo de 2008 y mayo de 2012.
La constante de los fundamentos del desarrollo de la humanidad, particularmente durante los últimos dos siglos y medio, ha estado ligada a la generación de preguntas inteligentes que para encontrar su respuesta van generando conocimiento fundamental y, en paralelo, desarrollo tecnológico, esto como consecuencia de aplicar un método científico riguroso para abordar esas preguntas.
De manera general, con la Revolución Industrial en la segunda mitad de 1800 se pensó que ya se habían entendido muchas cosas de la naturaleza, pero surgieron fenómenos que no se podían explicar por la mecánica clásica, como era el espectro del átomo de hidrógeno. La respuesta da lugar a nuevos planteamientos que terminan con una gran epopeya de la ciencia: la física cuántica que abrió el camino para descubrir y comprender la naturaleza de la materia a nivel atómico y electrónico.
Este entendimiento ha permitido un sinnúmero de avances tecnológicos como el láser, la resonancia, la espectroscopia, etc., etc. Estos avances abrieron la ventana para ver el universo, constatar su magnitud y hacernos a la vez otras tantas preguntas derivadas de ello (los miles de millones de estrellas y galaxias que solo representan el 4% del universo y que del 96% restante no se sabe nada, y por eso lo llaman materia oscura y energía oscura).
La comprensión de la materia a nivel atómico y molecular permite entender la genética y las posibilidades de su manipulación (control de enfermedades, reemplazo de partes del cuerpo humano por sistemas inorgánicos, etc.). Cada vez entendemos más de la naturaleza y la computación cuántica, lo que nos llevará a desentrañar las profundidades de dos mundos aparentemente opuestos pero conectados directamente: a nivel macro, los límites de este y otros posibles universos y, a nivel nano, el control del comportamiento cuántico de la materia que ya se encuentra parcialmente en desarrollos tecnológicos, pero que falta bastante para su total comprensión y, en consecuencia, para su manipulación.
La fusión nuclear requiere aún de conocimiento, pero existen razonables argumentos para pensar que en unos años, tendremos resultados de investigación esperanzadores (proyecto Iter) y tal vez en una o dos décadas más, las herramientas para masificar esos resultados y dar solución definitiva a la fuente energética casi infinita con que la que contaría la humanidad.
Aún hay mucha parte del núcleo de los átomos que no se conoce y para eso se tienen equipos superespecializados como el acelerador de partículas del Cern o el Fermilab que ayudará a dilucidar el papel de todas y cada una de las subpartículas atómicas. Todo esto en su conjunto, va generando sinergias en distintas áreas del conocimiento y es la base de nuevos desarrollos como la inteligencia artificial que esta cambiando paradigmas permanentemente.
Por lo anterior, considero evidente que no hay elemento razonable que permita deducir que a los pocos escenarios descritos (existen miles más) en esta respuesta se les pueda identificar como una transformación de lo ya existente.