En el mundo de los procesadores y de los chips avanzados, pocos elementos son tan importantes como la temperatura. Esto es especialmente cierto en dispositivos altamente integrados y delgados como los teléfonos que utilizamos todos los días, en los que la temperatura no solamente son números que vemos en la pantalla, sino que es algo que podemos sentir en nuestras manos y que puede afectar seriamente el rendimiento.
Si bien la temperatura es importante, lo cierto es que en los últimos años los avances en la fabricación de chips y en los diseños de los fabricantes de teléfonos han significado que ahora tenemos equipos muy eficientes. Sin embargo, la temperatura sigue siendo un elemento muy relevante para fabricantes y usuarios.
La temperatura en nuestros teléfonos
Hoy en día, prácticamente todos los dispositivos que utilizamos tienen como cerebro un chip principal. En el caso de los computadores, este chip es la CPU o procesador, aunque a veces también es complementado por otros chips para tareas gráficas (las tarjetas gráficas). Todos estos chips están constantemente analizando y moviendo información que es en últimas lo que nos permite ejecutar programas y tareas.
Este procesamiento continuo requiere de electricidad, y con más capacidad de procesamiento necesitaremos más energía. Sin embargo, en un procesador, la energía requerida para que funcione un chip es en muchas ocasiones convertida en calor. En palabras sencillas, un chip más potente significa también una generación de calor más alta.
Los fabricantes de teléfonos no pueden ir en contra de las leyes de la física, y por eso la industria entera ha encontrado nuevos vectores para crear chips más potentes pero que no se calienten tanto como para representar un riesgo. En primer lugar, los fabricantes de chips como TSMC están en una carrera constante por volver sus procesos de fabricación más y más pequeños. Esto se traduce en menor consumo de energía y consecuentemente en menor calor producido.
El Dimensity 9000 de MediaTek, por ejemplo, utiliza un proceso de fabricación en 6 nanómetros, mientras que el G90T utiliza un proceso de 12 nanómetros. Esto significa que el Dimensity 9000 será superior no solamente en rendimiento, sino que también puede llegar a tener temperaturas más bajas.
Cabe aclarar que todos los teléfonos modernos están diseñados para emitir calor cuando los sometemos a tareas intensivas, como videojuegos o procesamiento de videos. Sin embargo, los fabricantes han implementado diferentes métodos de refrigeración para mantener al chip corriendo a una temperatura aceptable.
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- Pasiva: La más común en los teléfonos. Se refiere a refrigeración realizada simplemente por el contacto entre el chip y un componente que absorbe el calor. En muchos casos el cobre es el mejor elemento.
- Por aire: La más común en computadores. En este tipo de refrigeración tubos de cobre hacen contacto con el chip y transportan el calor a disipadores, en donde ventiladores empujan aíre frío dentro del sistema. El Lenovo Legion Duel 2 es uno de los únicos teléfonos con este sistema.
- Cámara de vapor: Ha sido utilizado por Samsung y Razer. En esta refrigeración, tubos de cobre son llenados con agua que se evapora, se eleva y se condensa para eliminar el calor de forma pasiva o con un disipador externo. [/su_box]
Más temperatura, menos rendimiento
Aunque pudiéramos pensar que la temperatura es por sí sola un problema molesto, lo cierto es que una alta temperatura trae consigo también problemas en el rendimiento del equipo. En la gran mayoría de los casos, los sistemas de refrigeración en nuestros teléfonos están extremadamente optimizados para disipar el calor que produce el chip. Una forma inteligente de evitar el calentamiento se puede conseguir al hacer un uso inteligente y eficiente de los procesadores que incluye el chipset.
MediaTek, por ejemplo, incorpora la tecnología CorePilot, que gracias al motor de Inteligencia Artificial monitorea en tiempo real las actividades que el usuario esta realizando en su smartphone y hasta cierto punto permite ‘prender o apagar’ diferentes núcleos de los procesadores. Esto no afecta el rendimiento del equipo, y sirve para hacer un uso eficiente de la potencia de los núcleos y solo usarlos cuando sean necesarios. De esta manera, se evita que suba la temperatura del chip y extiende la vida de la batería.
Pero hay que tener en cuenta que cuando el chip de un teléfono se acerca a la barrera de los 70 °C, el dispositivo empieza a sacrificar rendimiento para mantener la temperatura estable. Cuando un teléfono supera los 80 o 90 °C, se corre el riesgo de quemar otros componentes e incluso de crear fuego en componentes susceptibles como las baterías.
En otras palabras, cuando el teléfono detecta que la temperatura es muy alta, empieza a sacrificar rendimiento en el software para evitar riesgos. En un ejemplo sencillo, puede que jugar un videojuego por horas haya calentado la batería hasta los 70 °C. En este caso, empezaremos a perder fluidez en el juego y a notar que todo se nota más lento y con menos capacidad de respuesta.
En la gran mayoría de los casos, diseñadores de chips como MediaTek trabajan en conjunto con los fabricantes de teléfonos para que tanto el software como el hardware trabajen eficientemente y evitar perder rendimiento. Sin embargo, han existido casos en donde ocurre lo contrario.
En el año 2015, Qualcomm lanzó al mercado el Snapdragon 810. Pese a ser el tope de gama de la compañía, errores en el diseño y en la temperatura del chip significaron que el Snapdragon 810 tenía un comportamiento extraño. En algunos teléfonos, el chip tenía un rendimiento muy menor a lo previsto, mientras que en otros los dispositivos tendían a calentarse bastante y a volverse incómodos para los usuarios. Tanto fue el problema que compañías como Sony tuvieron que arreglarlo por medio de software que limitaba el rendimiento de sus equipos. El problema fue resuelto eventualmente, y en la actualidad los chips de Qualcomm son mucho más estables como producto de estas fallas en el 810.
¿Cómo puedo cuidar la temperatura de mi teléfono?
Como ya decíamos, ejecutar tareas intensivas tendrá como consecuencia el aumento de temperatura del dispositivo. En su mayor parte, y especialmente en chips de última generación como la línea Dimensity de MediaTek, este aumento no debe ser sentido por el usuario, o en su defecto debe ser un aumento muy ligeramente notable.
Sin embargo, si siente que su teléfono llega a temperaturas muy altas, hay algunas cosas para tener en cuenta. Lo primero es identificar qué componente es el responsable del aumento. Si el teléfono se siente muy caliente durante o después de cargar la batería, es muy probable que el responsable sea la batería misma, que debe ser reemplazada, y no el chip.
En caso contrario, es recomendable que revise qué aplicaciones se están ejecutando en su teléfono que pueden estar recalentando el chip. Funciones para alargar la batería o para eliminar aplicaciones que no se utilizan con frecuencia han sido implementadas por marcas como Samsung y Xiaomi, y pueden ayudar también a reducir la temperatura.
Por último, es importante tener en cuenta la temperatura ambiente de donde vivimos. Muchos teléfonos funcionan sin complicaciones en zonas con temperaturas muy altas o bajas, pero es clave entender algunas recomendaciones importantes. En áreas muy calientes, lo fundamental es buscar que el teléfono nunca esté expuesto directamente a la luz del Sol y en lo posible evitar programas muy intensivos por largos periodos de tiempo. Al contrario, en zonas muy frías, la batería puede sufrir un desgaste muy alto, y siempre es recomendable guardar el teléfono en un lugar que pueda recibir nuestro propio calor corporal.
Sin duda alguna la temperatura es uno de los factores más importantes en funcionamiento de nuestros teléfonos. Si bien fabricantes como MediaTek, Samsung y Xiaomi se esmeran por ofrecer la mejor experiencia y el rendimiento más alto, nunca está de más acoger mejores hábitos para extender la vida útil de nuestros teléfonos.
Imagen principal: Jeremy Bezanger (Unsplash)