Innovación en la industria textil, un campo con muchísima tela para cortar

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Más que preocuparse por la automatización es necesario enfocarse en las oportunidades que la tecnología trae a la industria textil, aquí algunos ejemplos:

Publicado el 04 Jul 2019

transformación de la industria textil

Las industrias se están moviendo –algunas más rápido que otras–, pero a final de cuentas todas tendrán que hacerlo. Incluso las más tradicionales, como puede serlo la industria textil, en la que ha sido habitual que las personas que trabajan allí lo hayan hecho durante décadas, en la que es tradición que los hijos de los hijos sigan en ella. Entonces, ¿cómo se promueve el cambio en esta industria?

Durante el Innovation Forum 2019, un evento realizado en Bogotá en junio pasado, el exviceministro de Economía Digital Daniel Quintero Calle compartió su experiencia durante una visita a la escuela de diseño y mercadeo de moda Arturo Tejada. Allí, les preguntó a los estudiantes en qué iban a trabajar, a lo que ellos respondieron que seguramente en empresas reconocidas como Leonisa o cualquiera otra de la industria textil. “Les pregunté si ya habían considerado trabajar en la industria de videojuegos, porque resulta que ahora esas empresas contratan diseñadores para que hagan los atuendos de sus personajes”.

Este es uno de los tantos ejemplos que se pueden enumerar. Es probable, que las personas que hoy están estudiando alguna carrera, la que sea, resulten trabajando en algo que no habían imaginado.

Tendencias de innovación en la industria textil

Mirando más allá de la automatización, estas son algunas de las oportunidades que se generan con la Cuarta Revolución Industrial en esta industria específica, en la que la transformación viene precisamente de quienes crean.

La Oficina Internacional del Trabajo (ILO, por sus iniciales en inglés) identificó que la inteligencia de mercado, diseño, materiales, proveedores y logística, producción, marketing, retail, y servicio al cliente son las principales áreas en las que las tecnologías tienen el mayor potencial de acción.

1. Impresión 3D

En 2015, la diseñadora Danit Peleg pensó en una colección que se pudiera hacer en casa. Ella misma se puso a la tarea de investigar, conectar con la gente que sabía de tecnología, aprender ella misma para lograr su objetivo. El resultado, faldas, blusas, vestidos y más prendas logradas con impresión 3D.

Ahora, ¿qué tal usar una aplicación que funcione como Shazam? Seleccionar un vestido al azar, que te diga cuál es su diseñador, pero mejor aún, comprarlo y poder hacer tu copia de ese atuendo en casa. 

2. Nuevas fibras, nuevas materias primas

La ciencia también tiene mucho que ver aquí. Ya se ha hecho usual encontrar algunas prendas que se adaptan para mantener determinada temperatura, algo muy útil para deportistas o personas que se enfretan a climas fuertes (de mucho frío o calor) o quienes necesitan prendas resistentes.

Haciendo una analogía de la tela de araña, las fibras y filamentos artificiales que ofrezcan mayor resistencia y durabilidad, con flexibilidad y ligereza son cada vez más buscados. Por eso, en la industria textil se hace urgente que aumenten las competencias para la fabricación de nuevas fibras de alto rendimiento hechas con polímeros, carbono e incluso que puedan ofrecer soluciones para reciclar residuos.

En este punto también entran las llamadas prendas inteligentes, por ejemplo para mejorar los trajes de los bomberos o prendas para fines médicos, solo por mencionar algunas, que sean capaces de detectar, actuar, almacenar, generar (energía por ejemplo) y comunicar. Aquí los ‘wearables’ y ‘smart clothes’ tienen un vasto campo de acción y se unen con soluciones como el Internet de las Cosas (IoT), el análisis de datos (Big Data) o la Inteligencia Artificial, entre otras.

3. Moda cíclica, responsable y sostenible

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la industria de la moda es una de las que más contamina, incluso más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos. Dentro de algunos hallazgos alarmantes la ONU señala los siguientes:

  • Se requieren 7.500 litros de agua para producir unos jeans.
  • El sector del vestido usa 93.000 millones de metros cúbicos de agua cada año, una cantidad suficiente para que sobrevivan 5 millones de personas.
  • La industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global.
  • La producción de ropa y calzado produce el 8% de los gases de efecto invernadero.
  • Cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura.
  • La producción de ropa se duplicó entre 2000 y 2014.

Por esto, y siguiendo los objetivos del Acuerdo de París, las principales compañías se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% para 2030según informó CNN. También acordaron dar prioridad a los proveedores de transporte con bajas emisiones de carbono y favorecer los materiales inocuos para el clima. Es un compromiso mundial, aquí se necesitan muchas soluciones desde la ideación, el proceso de fabricación, distribución, venta y desecho. Aquí la economía circular también es clave.

La moda sostenible es una nueva tendencia que toma fuerza, reutilizar prendas. Las grandes marcas ya implementan programas para que los usuarios entreguen su ropa viaja a cambio de bonos, en algunos casos, para luego hacer nuevas piezas de ropa.

4. Experiencias inmersivas

Si hay algo que defina esta era es la personalización. Los clientes quieren cosas específicas, moldeadas a su gusto y que puedan experimentar antes de hacer la compra; la ropa, claramente, no es la excepción. De hecho es uno de los campos que más soluciones puede ofrecer.

Tecnologías inmersivas como la Realidad Virtual y Aumentada permiten que los usuarios vean y ‘prueben’ cómo se verían con determinada prenda, si está mejor en azul, rojo, verde, más larga, más corta o con estampados. En otros casos se aprovecha el potencial de los asistentes de voz como Alexa, que se convierten en asesores de moda.

Reconocidas marcas ya usan Realidad Virtual para vender en sus tiendas. El usuario solo necesitar enfocar el teléfono a distintos puntos en la tienda y verá una modelo con distintas prendas de la marca.

Estas no son las únicas innovaciones. Sin duda, con el paso del tiempo y las nuevas exigencias del mundo, esta y otras industrias tendrán que seguir moviéndose, transformándose constantemente. Los retos de cultura y formación son transversales, es necesario comprender el entorno actual y capacitar personas con nuevas habilidades.

En un estudio publicado en 2016 por la ‘European Technology Platform’ titulado ‘Hacia una Cuarta Revolución Industrial de textiles y confección. Una agenda de innovación e investigación estratégica para la industria europea textil y de la confección’ se perfilaban 3 tendencias que se posicionarían en 2025: digitalización y virtualización, colaboración y pago por uso, y la sustentabilidad y circularidad. Hoy podemos ver que hay varias tendencias adicionales para agregar, y tan solo han pasado 3 años.

Foto: Fancycrave.com (vía: Pexels)

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Sandra Defelipe Díaz

Soy periodista, productora, formadora y emprendedora digital, y tengo el orgullo de ser la integrante más antigua de Impacto TIC, lo que ha hecho que este sea mi principal espacio de formación continua. También les tengo historias de capoeira, cultura y de Tenjo, Cundinamarca. Sandra fue periodista de Impacto TIC desde antes de su fundación hasta 2022, y sigue colaborando.

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