Desde hace más de 4 meses y 3 semanas, los habitantes de Hong Kong han salido a las calles a marchar en contra del gobierno local. Lo que empezó como un rechazo general hacia una reforma en la ley extradición, se ha convertido en un movimiento que exige más libertades y menos vigilancia por parte del gobierno chino.
Dicha reforma proponía que la policía de Hong Kong podría capturar y extraditar individuos a territorios con los que no existen acuerdos de extradición, como China continental y Taiwan. Los ciudadanos, que creen que la reforma puede ser usada para que el gobierno chino tenga más control sobre la población de la región independiente, se opusieron rotundamente y salieron a marchar a las calles.
Tanta fue la presión, que la Jefa Ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, suspendió la reforma 2 semanas después, aunque esta no ha sido cancelada de manera oficial.
Para muchos ciudadanos de Hong Kong, la reforma es una violación directa al pacto ‘Un país. Dos sistemas’, que firmaron China continental y el estado independiente de Hong Kong en los años 90. Aunque unificadas bajo el nombre de China, las regiones especiales gozan de autonomía económica y administrativa.
A lo largo de todo este proceso ha existido un elemento que ahora más que nunca está presente en nuestras vidas: la tecnología. Hong Kong, de la mano con Shenzhen, forma el segundo grupo más importante del mundo en temas de tecnología e innovación.
No resulta extraño, entonces, que estas protestas también se encuentren marcadas por la tecnología de avanzada y por la peculiar forma en la que la democracia se lleva a cabo en línea.
El lado del gobierno
Pese a que el gobierno chino posee uno de los programas de vigilancia y cortafuegos más avanzados del mundo, mucha de esta tecnología está reservada para la China continental. Hong Kong, al ser reconocida como una región independiente, no necesita usar herramientas como VPN para acceder a sitios en la Web.
Sin embargo, dado que se mantiene una estrecha relación entre ambos gobiernos, muchas de las tecnologías que se desarrollan son aplicadas en ambas regiones.
Ningún país en el mundo invierte tanto en empresas del sector tecnológico como China; y entre ellas, el reconocimiento facial y las compañías de inteligencia artificial son las que más abundan. Debido a esto, China es hoy por hoy una potencia mundial en temas de tecnología y exporta desarrollos en inteligencia artificial a países en Europa, Asia y América Latina.
A pesar de esto, el tema del reconocimiento facial sigue siendo motivo de polémica en los países de occidente. Si bien está el argumento de que puede ayudar en temas de seguridad y de protección para los ciudadanos, también es una tecnología que puede ser explotada por gobiernos restrictivos.
Y precisamente China está en el ojo del huracán después de haber capturado más de 1 millón de Uighurs en la provincia de Xinjiang. Algunas de las herramientas que usó el gobierno chino para realizar estas capturas son el reconocimiento facial instalado en las cámaras de los postes de luz e incluso aplicaciones que la policía usa para recopilar datos y perfilar a los ciudadanos.
Con este precedente del gobierno chino, no sorprende que los ciudadanos de Hong Kong también tengan miedo de caer bajo el mismo tratamiento por parte de China continental. Y aunque existen organizaciones y ONG que protegen a los individuos de los abusos de poder, poco pueden hacer bajo la fuerte presión del gobierno chino.
Adicional a esta vigilancia que pareciera constante, redes sociales como Facebook y Twitter han confirmado en sus blogs oficiales que el gobierno de Hong Kong está comprando campañas publicitarias para promover pensamiento progobierno. Usando el medio estatal chino Xinhua, el gobierno pintaba las protestas como violentas e impulsadas por el CIA y el gobierno estadounidense.
Sumándose a esto, Google confirmó el pasado 22 de agosto que había detectado videos publicitarios cuyo objetivo era sembrar la discordia en los protestantes. En respuesta, YouTube dio de baja a más de 210 cuentas que, usando servicios de VPN para evitar el gran cortafuegos chino, estaban contratando publicidad progobierno. De la misma forma, Twitter prohibió por completo las campañas publicitarias por parte de medios estatales.
La respuesta de la gente
Ante toda la tecnología de seguimiento, vigilancia y publicidad del gobierno chino, es difícil imaginarse cómo pueden llevarse a cabo las protestas. Sin embargo, así como Internet facilita ciertas medidas restrictivas para los ciudadanos chinos, ese mismo Internet es el que permite que las protestas se organicen y logren evadir la mano de hierro china.
La aplicación más importante para los protestantes es una de mensajería llamada Telegram. Aparte de contar con tecnología de encriptación y cifrado de datos en sus mensajes de chat, la aplicación permite que los usuarios escondan sus números telefónicos y datos de las otras personas. Al mismo tiempo, la aplicación está diseñada para soportar grupos de chat con más de 1.000 participantes y facilita que puedan hablar solamente con compartir su nombre de usuario.
De la misma manera, una aplicación llamada LIHKG –que opera igual a como lo hace Reddit– permite que las personas suban material sin restricciones y que sea visible para todos, incluso para quienes no están registrados en la plataforma. Para crear una cuenta, basta con tener un nombre de usuario y correo electrónico. Es así que muchas de las imágenes que promueven puntos de encuentro se han propagado por fuera de los grupos de chat en Telegram.
Y aunque se están usando aplicaciones especializadas para chat y foros, los protestantes han recurrido a usar herramientas menos obvias. Es este el caso de Tinder, la popular aplicación de citas que hoy por hoy cuenta con más de 50 millones de usuarios. Usando las fotos de perfil de Tinder como publicidad para las protestas, decenas de perfiles inundaron la aplicación de citas.
Por otro lado, los protestantes han recurrido a Uber para movilizarse entre distintos puntos de la ciudad. Los conductores por lo general comparten los distintos puntos en donde van a estar estacionados acompañados por el número de la placa. De esta forma, en caso de que haya represión policial o que las protestas decidan moverse a otro lugar, los protestantes simplemente deben pedir un Uber Pool, verificar datos y tomar el viaje con toda la tranquilidad del mundo.
Todas estas aplicaciones son utilizadas en simultáneo para poder organizar una protesta en la ciudad de Hong Kong. Sin embargo, una vez los ciudadanos se encuentran marchando, es muy difícil hacer el seguimiento de la situación.
Al ser un movimiento completamente descentralizado, sin líderes únicos ni nombres propios, las marchas corren el riesgo de dispersarse y de que información vital no pueda ser comunicada efectivamente. Como solución a esto, los protestantes han decidido utilizar plataformas como Twitch o Periscope para transmitir en tiempo real los eventos que puedan suceder en la marcha.
El canal principal en Twitch es Unabletobreathe, en donde se combinan el cubrimiento televisivo de las protestas y además personas que hacen transmisión con sus celulares desde las manifestaciones. Sin embargo, aunque es una solución sofisticada, la transmisión de video estable exige que la conexión a Internet sea robusta. Dado que las protestas tienden a congregar miles de personas, es común que las conexiones 4G de la ciudad colapsen. Como dato aparte, la ciudad va a implementar la red 5G de última generación a principios de 2020.
Y pese a que mucha de esta resistencia se lleva a cabo en Internet y pareciera que todo es de alta tecnología, en ocasiones la solución más sencilla es la que da mejores resultados. Es por esto que en las protestas se usan láseres de colores para combatir las cámaras de reconocimiento facial.
Cuando este tipo de luz es apuntada hacia las cámaras de alta tecnología, lo único que estas pueden captar es un destello de luz antes de que la pantalla se torne casi completamente blanca. Adicionalmente a estas luces, los participantes usan máscaras o tapabocas que, combinados con gorros y cascos, obstruyen casi por completo la cara y evitan ser identificados. Como valor agregado, estos mismos láseres son apuntados a los policías para desorientarlos y que presten menos atención a la marcha.
Una visión del futuro
Reconocimiento facial, vigilancia gubernamental, paisajes adornados con drones, redes inalámbricas de superalta velocidad para siempre estar conectados. Pareciera que habláramos de una películas de ciencia ficción, pero lo cierto es que estas tecnologías se volverán cada vez más una parte fundamental de nuestras ciudades inteligentes. El mercado del Internet de las Cosas (IoT) crece a pasos acelerados, con gigantes como Google, Amazon y Facebook metiéndose a espacios que antes eran impensados.
Pese a que pareciera que cada día es más difícil desconectarnos, lo cierto es que Internet también abre un mundo de posibilidades para que protejamos nuestra privacidad. Las protestas de Hong Kong han marcado un hito. Esto no solo en cuanto a organización, sino que además muestra hasta dónde pueden llegar los diferentes entes de poder y cómo ellos también están intentando transferir su dominio al espacio en línea.
Sólo queda esperar que Internet siga siendo la plataforma abierta y libre que fue concebida.
Foto Principal: Han Min T (Unsplash)