Varios meses y una pandemia (en curso) después, el SingularityU Digital Summit regresó a Colombia. Esta vez, los 2 días de actividades presenciales se convirtieron en 4 jornadas de medio día en el mundo virtual, la primera de las cuales tuvo lugar, precisamente, este martes 18 de agosto.
Las puertas del ciberespacio ‘se abrieron’ a las 8 de la mañana, cuando luego de una breve introducción, Catalina López (líder de una iniciativa para el estudio del SARS-CoV que se adelanta en Canadá, llamada Red Genómica de COVID –Cancogen, por su sigla en inglés–) hablo de la genómica, la ciencia que se encarga del mapeo de genomas, y su aporte en el estudio del COVID-19. La charla incluyó un completo recorrido por la reciente pero significativa historia del nuevo coronavirus y tocó aspectos relacionados con su desarrollo y estudio en Colombia.
Una de las preguntas reiteradas de la audiencia fue la opinión de la experta sobre la vacuna desarrollada en Rusia. Segura de la efectividad y la importancia de las vacunas en el mundo, López –sin embargo– manifestó que el proceso para crearlas incluye tres pasos fundamentales, de los que en Rusia se están ‘saltando’ las pruebas finales en humanos, por lo que ella no se la pondría.
Aprendizaje para el futuro
Una de las conferencias más interesantes del primer día estuvo a cargo de Divya Chander –neurocientífica de SingularityU y la Universidad de Stanford– que estuvo enfocada en cuestionarnos exactamente qué cosas pudimos haber hecho mejor para evitar la crisis que vivimos actualmente.
Actualmente estamos viviendo una de las pandemias más grandes del último siglo, con números globales que no se veían desde hace décadas. Y aunque gobiernos y empresas hacen lo que pueden para mitigar los impactos económicos, lo cierto es que este es un golpe que vamos a sentir todos.
La economía en tiempos de crisis llama, sin embargo, a nuevas formas de pensar nuestro mundo para prever y reaccionar mejor a este tipo de cosas. Lo importante, además, no es pensar en cómo pudimos haber respondido mejor, sino en cómo podremos responder mejor a crisis futuras. De esta forma, todos nuestros sistemas globales estarán mejor preparados a imprevistos.
Los ejemplos existen
Durante su conferencia, Chander mostró varios casos en en los que los datos y el seguimiento inteligente por medio de sensores no solo fueron más eficientes sino también más fáciles de aplicar. Estos sensores pueden ayudar, además, a proteger la economía en tiempos de crisis. Pensemos, en principio, en algo que casi nadie quisiera pensar: las aguas residuales.
Uno de los problemas principales durante esta crisis ha sido que el número de pruebas no han sido tan altos como se quisiera. En muchos países –dentro de los que están Estados Unidos y Colombia– las pruebas para COVID-19 se hacen en su mayoría a las personas que presentan síntomas.
¿Qué sucede cuando las personas no presentan síntomas pero son positivas? Ese precisamente fue el caso de Yosemite, en Estados Unidos. Solamente haciendo pruebas selectivas y por vía nasal, el Parque Nacional no reportó casos positivos. Todo iba normal, hasta que el gobierno local de San Francisco se interesó por analizar las aguas negras que venían del parque.
¿El resultado? 160 casos fueron detectados que el parque había pasado por alto. Todo este análisis estuvo basado en la tecnología de Biobot, que usa sistemas inteligentes de recolección de muestras y análisis de ADN. De esta manera, el cambio en nuestro tratamientos de aguas residuales puede llevarnos a una detección del virus.
Pasemos, ahora, al terreno de los wearables, o dispositivos tecnológicos que vestimos y nos acompañan casi todo el día. Es este el caso de los productos de Fitbit –que menciona Divya Chander en su presentación–, una de las compañías más populares en este segmento y que recientemente fue adquirida por Google.
¿Por qué no utilizar los datos adquiridos de los más de 27 millones de usuarios activos cómo método de prevención? El Centro para la prevención de enfermedades de Estados Unidos ya ha hecho estudios preliminares en los que estos datos son analizados de manera automática para detectar riesgos de ataques cardiacos o incidencia de la diabetes.
La gestión de la salud pública se volvió un eje central de la sociedad que involucra la gestión del medio ambiente, los sistemas de monitoreo, la educación y los sistemas de producción de alimentos.
Divya Chander
Hacia un sistema inmune global
Todos estos esfuerzos, sin embargo, deben desembocar en lo que Divya explica como un “sistema inmunológico global”. “Un sistema inmunológico global tiene que contar, primero que todo, con un sistema de detección y alerta temprana. Seguido a esto, tiene que alertarnos y contactar a las autoridades responsables”, dice.
De esta manera, contaremos con una herramienta que no sólo es capaz que detectar nuevos patrones virológicos, sino que también puede advertirnos de nuevos brotes y epicentros para virus ya conocidos. Y sin embargo, aunque el plan está sobre la mesa, todavía queda la pregunta de qué tan equitativos serán estos sistemas.
“Un problema en esta pandemia es que no tenemos un sistema universal de salud que pueda tratar a las personas que realmente lo necesitan”, afirma Divya Chander. Pensemos por un momento que una de las reglas básicas para prevenir COVID-19 es el lavado regular de las manos, pero ¿qué hacer cuando una casa no tiene sistema de agua y alcantarillado?
Y a falta del cumplimiento de estas necesidades básicas, la respuesta de los ciudadanos es la pérdida de confianza.
La solución, en últimas, no está del lado del gobierno ni de las empresas, sino que es un trabajo conjunto. El verdadero sistema inmunológico global vendrá seguramente como respuesta a la economía en tiempos de crisis que vivimos, pero está en nuestras manos el tenerlo actualizado para poder prevenir agentes patógenos incluso más mortales.
De esta forma, no sólo los ciudadanos recuperarán la confianza por los sistemas públicos de salud, sino que estaremos mejor preparados para la pandemia del futuro.
Inteligencia Artificial y software 2.0: sistemas que no se programan, sino se entrenan
En la primera jornada del SingularityU Digital Summit también participó el español Paco González Blanch, quien habló del desarrollo de la Inteligencia Artificial. En su exposición, el exalumno de Singularity University y ahora trabajador de Amazon habló de la transición hacia la era del Software 2.0, en la que el concepto fundamental es que los computadores ya no deben ser programados, sino entrenados.
González contó la historia de un primer experimento realizado por el departamento de Visión Artificial de la Universidad de Stamford entre 2006 y 2009. En ese lapso se reunieron 14 millones de imágenes, con la información asociada correspondiente, para enseñarle a un sistema a reconocerlas.
A partir de esa iniciativa se creó una competencia en la que equipos de Visión Artificial del mundo tenían que desarrollar un modelo que reconociera las imágenes. Entre 2009 y 2012, la tasa de error en el reconocimiento se reducía alrededor de 3 % cada año; pero en 2012, un equipo de la universidad de Toronto fue capaz de reducir esa tasa en 9,8 %, gracias a un desarrollo que, afirma González, tiene los 3 ingredientes claves en el desarrollo de la Inteligencia Artificial y el Aprendizaje Mecánico: datos, modelos y capacidad de cómputo.
Por supuesto, estos modelos han ido evolucionando y hoy día no solo se aplican para reconocimiento de imágenes fijas, sino también de textos y lenguaje. Entre otras cosas, esto ha permitido que los computadores sean capaces de sostener conversaciones coherentes, en lenguaje natural, a partir de tecnologías predictivas basadas, de nuevo, en Inteligencia Artificial.
El conferencista español señaló que estas tecnologías son de acceso universal y, de hecho, destacó la iniciativa Kiwibot, fundada por colombianos en Berkley, dedicada al mundo de la distribución autónoma de alimentos mediante el uso de robots. Parte del desarrollo del producto se lleva a cabo en Medellín.
Las actividades del SingularityU Digital Summit Colombia seguirán las mañanas de este miércoles 19 y jueves 20 de agosto, y en la tarde de viernes 21.