30 años del telescopio Hubble y sus viajes en el tiempo

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El telescopio Hubble lleva 30 años en órbita. Este es un repaso por su historia, sus problemas iniciales y el entendido que nos ha dado del cosmos.

Publicado el 25 Abr 2020

Telescopio hubble

El espacio: la última frontera” decía la serie Star Trek a todos sus televidentes al principio de cada episodio. Y no es exageración, ya que desde hace más de 400 años, cuando Galileo observaba con su telescopio, la humanidad ya soñaba con el espacio. Desde ese entonces este instrumento o se volvería el símbolo de la astronomía, y siglos más tarde el telescopio Hubble se convertiría en nuestra ventana hacia el espacio.

Cualquier cosa que se diga sobre la influencia que ha tenido el Hubble en nuestras vidas estaría lejos de ser una exageración. No sólo nos ha dado ojos hacia el universo inexplorado, sino que sus imágenes han ilustrado galaxias y fenómenos espaciales que antes conocíamos solamente por nombre. No son pocos los que han tenido fondos de pantalla con imágenes que ha traído el Hubble, y aún hoy (25 de abril), cuando se cumplen 30 de su lanzamiento, sigue revelando con sus lentes lo que antes apenas podía vislumbrarse.

Este es un pequeño repaso por la vida del telescopio Hubble, sus problemas, y cómo se convirtió en el telescopio más popular del planeta.

No todo son laureles: poniendo a Hubble en órbita

El 24 de abril de 1990 se lanzaba desde el Centro Espacial Kennedy en Florida —el mismo desde donde se lanzó el primer hombre a la Luna— la misión Space Shuttle 31. Esta era de especial importancia ya que en la barriga del transbordador espacial Discovery viajaba el Hubble. Después de haber sufrido un retraso de 14 días debido a una falla en una válvula de emergencia, se vivió otro retraso a escasos 31 segundos del despegue, cuando el computador a bordo de Discovery falló en apagar una válvula conectada a tierra.

Después de repetir el ciclo de lanzamiento, los computadores dieron luz verde y por fin se encendieron los cohetes. Durante los 8 minutos y medio en los que se activan los cohetes, el Transbordador espacial quemó 500.000 galones de combustible líquido. Después de acelerar hasta a 27.000 kilómetros por hora, el Discovery llegaría a la órbita baja de la Tierra, a unos 600 km por encima del planeta.

Pero el telescopio Hubble existía como concepto, propuesto por la Nasa para ser desarrollado al mismo tiempo que el Transbordador espacial, desde 1968. Luego de 2 años empezaría la carrera por buscar recursos, convenciendo a políticos de la importancia científica y haciendo alianzas con otras agencias especiales. Esto llevó a la Nasa a forjar una alianza con ESA, la Agencia Espacial Europea, la cual promete que 15% del tiempo en órbita de Hubble pertenece enteramente a los europeos.

El telescopio obtiene su nombre gracias al astrónomo Edwin Hubble, a quien se le atribuye el descubrimiento de que el universo se está expandiendo. El lente principal fue diseñado por una compañía llamada Perkin-Elmer, con Kodak desarrollando el lente de apoyo. Aunque su lanzamiento estaba planeado para 1986 y con un presupuesto de 400 millones de dólares, solamente sería lanzado en 1990 y con sobrecostos que llegaban a los 1.500 millones de dólares.

Hubble nació miope

Y 1986 fue precisamente el año en el que ocurrió el desastre del Transbordador Challenger. 73 segundos después del lanzamiento, uno de los 2 cohetes auxiliares tuvo una falla catastrófica, lo que provocaría la desintegración en la atmósfera de Chalas nave y sus 7 tripulantes. La reputación de la Nasa estaba en juego después del desastre, y Hubble serviría como la punta de lanza para mostrar al mundo el resurgir del programa espacial.

Hubble entraría en servicio un día después de su lanzamiento, el 25 de abril de 1995, aunque tardaría unas semana en mandar sus primeras imágenes. Sin embargo, pese a todo lo que estaba en juego, las primeras imágenes tenían una falla fatal: eran borrosas.

En el mundo de la fotografía, entre más rápido se mueva un objeto, más rápida tendrá que ser la velocidad de obturación. Lo más importante para una foto es que sea nítida, y para ser nítida se necesita tener tanta estabilidad como sea posible. Hubble hace una órbita completa a la tierra cada 97 minutos, lo que significa que viaja a unos 28.000 kilómetros por hora.

Una cámara que se mueva a tal velocidad, sin equipamiento adecuado, solamente captará imágenes ininteligibles y sin valor alguno. Es por esto que Hubble cuenta con 6 de los giroscopios más avanzados del mundo, cada uno girando 320 veces por segundo para mantener el lente principal de 2 metros y medio en una posición estable.

Los cálculos tenían que ser precisos, muy precisos, milimétricamente precisos. El telescopio Hubble tenía una imprecisión de 2,2 micrones en el lente —1/50 el ancho de un cabello humano— que hacía que todas las imágenes fueran borrosas y fuera de foco. La Nasa sufrió uno de sus golpes más fuertes cuando esta información llegó a los medios.

Se anunció el desastre de Hubble, miles de millones de dólares gastados en un lente que no podía enfocar correctamente. Se cuestionó no sólo la habilidad de la Nasa, sino también el futuro de los programas espaciales en el mundo.

En los hombros de gigantes: Hubble y sus gafas de prescripción

Tomaría más de 3 años de burlas antes de que la Nasa pudiera poner al transbordador Endeavour en órbita. Su cargamento era un dispositivo llamado Costar, y su función principal fue la de corregir esta imprecisión en el lente principal del Hubble. Fue una dura misión que tomó 10 días y 80 giros completos alrededor de la tierra antes de que los astronautas volvieran a la Tierra.

Una astronauta llamada Kathryn Thornton fue la encargada de desembarcar desde el Endeavour y caminar en el espacio para reemplazar un instrumento del tamaño de una cabina telefónica y con un peso de unos 300 kg en la Tierra. Con la imagen del planeta literalmente encima de su cabeza, Kathryn realizó la maniobra exitosamente, y ahora lo único que se podía hacer era esperar.

El 18 de diciembre llegaría la primera imagen con el lente corregido de Hubble. El resultado fue un éxito, y por primera vez desde su creación el telescopio era capaz de enfocar incluso los detalles más pequeños en galaxias que estaban a millones de años luz de nosotros.

Eureka, Hubble por fin era la ventana hacia el Universo que había prometido. Las imágenes no solo eran nítidas, sino que su amplio rango permitía ver objetos que nuestros mismo ojos no pueden captar. Luz de galaxias que han viajado por más de 12.000 millones de años luz tocan el lente y por primera vez podemos ver el espacio profundo.

En 1995 Hubble se enfocó a un punto completamente oscuro a simple vista durante más de 10 días consecutivos. Nadie podía predecir lo que veríamos, pero el resultado fue una visión del pasado que llega mucho más allá de nuestra Vía Láctea. Constelaciones de miles de millones de años luz se despliegan frente a nuestros ojos, con el Hubble mirando el pasado del Universo que nos rodea.

Desde que la visión del Hubble fue corregida, hemos sido testigos de imágenes espaciales nunca antes vistas de la historia. Fotos como los Pilares de la creación, la Nébula Cabeza de caballo o del grupo Westerlund todavía siguen impresionando a los que las miran.

¿Reemplazo o mano derecha? El nuevo telescopio James Webb

Pese a que Hubble ya lleva 30 años en órbita, todavía está lejos de su jubilación. Su última misión de mantenimiento fue en 2009, pero se espera que su vida útil en las condiciones extremas del espacio sea incluso hasta 2030 o 2040. Esto, sin embargo, no significa que vaya a ser el único en órbita.

El nuevo telescopio espacial se llama James Webb, el honor al director de la Nasa que jugó un papel integral en llevar a los humanos a la Luna. Su desarrollo comenzó en 1996 con un lanzamiento planeado en 2007 y un presupuesto de 500 millones de dólares. La realidad ha sido otra, y el proyecto ha estado repleto de atrasos y problemas de sobrecosto.

La construcción fue finalizada en 2016, 9 años después del lanzamiento planeado, pero el nuevo cronograma fue atrasado en 2018 debido a una falla en los ensayos. Actualmente la fecha planeada para poner a James Webb en órbita es el 30 de marzo de 2021.

Aunque se suele mencionar al James Webb como el sucesor del Hubble, lo cierto es que ambos telescopios van a ser complementarios. Webb tiene capacidades para ver luz infrarroja baja y media, lo que le permitirá ver incluso más lejos que los 13.000 millones de años luz de Hubble.

Adicionalmente, su lente es mucho más grande y cuenta con un acabado dorado que lo protege de los rayos solares. No existe ningún otro aparato científico que pueda compararse con la influencia que ha tenido el Hubble, y la adición del telescopio James Webb seguramente la extenderá. Así las cosas, se espera que ambos –Hubble y Webb– nos entreguen un entendimiento mucho más profundo del universo, llegando hasta fronteras que antes solamente podíamos ver en sueños.

Imagen principal: NASA/Hubblesite.org

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Sebastián Romero Torres

Filósofo de formación y geek empedernido. Amante de los videojuegos, la tecnología, la música y el espacio.

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