Desde varios sectores nos dicen que hay que usar los datos para tomar decisiones, porque los datos son “el nuevo petróleo”, porque producimos cantidades infinitas de información en la que se encuentran respuestas a nuestras preguntas. Y claramente los servicios financieros, la economía personal, de una empresa o de un país no se quedan por fuera, así como tampoco se podrán quedar por fuera de la digitalización de la economía.
Sarah Quinlan, vicepresidente global de Market Insights de Mastercard —tiene bajo su mando a más de 2.000 científicos de datos que analizan y predicen patrones de gasto, basados en los miles de millones de compras físicas y digitales anónimas que Mastercard procesa cada año—, compartió algunos datos sobre el consumo y gasto de los colombianos, destacando la inminente digitalización de los servicios financieros y que no necesariamente están ligados a las tarjetas.
Digitalización del dinero, sociedades sin efectivo
Aunque el efectivo sigue siendo la forma principal de pago, a largo plazo el dinero en moneda y papel parece que perderá frente a la digitalización.
En 2017 el New York Times relataba que, según la consultora Capgemini, los pagos electrónicos crecerán aproximadamente un 10.9 por ciento anual entre 2015 y 2020, aunque el ritmo varía dependiendo la zona geográfica, pues países escandinavos ya están transitando el camino para convertirse en sociedades sin efectivo.
“Muchos bancos en Suecia ya no tienen dinero en efectivo, y los consumidores pueden realizar transferencias instantáneas directamente desde sus cuentas bancarias”.
Al igual que Sierra Leona se convirtió en ejemplo mundial al implementar Blockchain para sus elecciones presidenciales, Kenia es el país que lidera el pago móvil. Allí la empresa de telefonía móvil Safaricom creó un sistema conocido como M-Pesa, que permite a los clientes realizar pagos directamente desde sus teléfonos, que no necesariamente son de última tecnología.
En Colombia, el efectivo sigue siendo el medio dominante de pago pero las transacciones con tarjeta en el punto de venta están ganando terreno constantemente.
De acuerdo con ACH Colombia en 2017 se registraron más de 188.676 transacciones electrónicas y se movilizaron $817.437 millones por medio de servicios digitales, lo que representó un crecimiento del 10% en los pagos electrónicos frente a lo registrado en 2016.
Quinlan resaltó ejemplos como Australia que actualmente es 90% digital y Londres en donde el sistema de transporte público se mueve principalmente por pagos electrónicos, se reciben pagos móviles e incluso se usan dispositivos como los relojes inteligentes para este fin y recalcó que aunque unos países van más rápido que otros, el objetivo es el mismo.
“No importa cómo sea, con un código QR, reconocimiento biométrico o con otra tecnología, pero vamos para allá”
Uno de los principales argumentos en contra de los pagos digitales es que no es incluyente, pues no todas las comunidades están bancarizadas. Sin embargo, existen ejemplos en todos los continentes de productos y servicios que trabajan en este sentido. De hecho, la misma Mastercard trabaja en la inclusión al sistema bancario, que no implica el acceso a crédito.
Por otra parte, hablar de digital no se limita exclusivamente a los dispositivos. El dinero también se digitaliza como bien puede ser el caso de las criptomonedas. La digitalización viene, y “en 10 años no tendremos tarjetas”, lo asegura Quinlan que representa a la mayor emisora de tarjetas en Colombia.
Es aquí donde aparece la tecnología sin contacto, una forma de pagar por medio de radiofrecuencia. Al momento de acercar una tarjeta a la terminal, bien sea un datáfono o una registradora de transporte masivo, se genera el pago.
“Queremos promover la adopción de esa tecnología que futuro moverá los pagos, ya sea por medio de una tarjeta o directamente desde el teléfono, solo acercando el dispositivo se podrá realizar el pago”, afirmó Marcela Carrasco, presidente de Mastercard para Colombia y Ecuador.
Para lograr la adopción de la tecnología sin contacto, Mastercard promovió una campaña en 2017 junto a Bancolombia, el PMA (Programa Mundial de Alimentos) y al cantante Juanes como embajador, en la que con cada transacción realizada de esta manera la empresa donaba una comida destinada a los niños de la Guajira. El resultado: superaron la meta y lograron acumular dos millones de transacciones.
Dado el éxito en 2018 realizarán una nueva edición de esta campaña, para promover una causa social e impulsar el uso de este tipo de pagos. “Cuando pagues tu pasaje del bus con la tarjeta de tu banco, puedes saber que estas alimentando a un niño”, agregó Carrasco.
Explotar los datos para la economía colombiana
Los servicios representan la mayor parte de la economía de Colombia, dentro de los que se incluyen los financieros, inmobiliarios y empresariales, mientras que el sector de la minería es el penúltimo en una escala de nueve.
Aquí Quinlan señaló el potencial del turismo, enfocándose en vender experiencias sobre productos, pues “un turista que se vaya con una experiencia memorable regresará para invertir”. En ese sentido agregó que conocer la información de los viajeros, aunque parece obvio, es importante.
Saber de dónde vienen, en qué época vienen, a cuáles lugares – Cartagena es el primer destino turístico-, y sobre todo saber qué compran y dónde están dejando su dinero. Este es solo uno de los muchos ejemplos que pueden encontrarse sobre el uso de los datos para promover la economía, en este caso desde el turismo.
Tanto Quinlan como Carrasco afirman que Colombia debe diversificar su economía, que hay oportunidades valiosas como el turismo y que si o sí se debe ser menos dependiente del sector minero, y que la meta es dejar el efectivo de lado.
Fuentes
Will Cash Disappear? Medición de la inclusión financiera y la revolución de la tecnología financiera The Nordics are the world’s most advanced digital economies – but they will have to shape up to remain in the leadTransacciones electrónicas crecieron 10% en el 2017