Entre las tecnologías que sirvieron para superar las medidas de aislamiento impuestas durante la pandemia de Cóvid-19, una de las que más se destacaron por su relevancia fue la de videollamadas. La declaración de cuarentena –repentina en algunos países y en otros esperada como consecuencia de lo que ya había empezado a suceder en Asia– dejó un hueco de comunicación que fue casi inmediatamente llenado por las videollamadas. Plataformas como Zoom, Microsoft Teams y Google Meet dejaron de ser herramientas de trabajo para convertirse en plataformas de comunicación.
Lo que antes era una herramienta para hablar empezó a tomar un rol cada vez más importante, y no pasó mucho tiempo antes de que empezáramos a ver matrimonios, reuniones familiares e incluso eventos religiosos que se realizaban por medio de Zoom o plataformas similares. Sin embargo, pese su auge en pandemia, se esperaría que la llegada de las vacunas y el paulatino regreso a la normalidad cambiarán el panorama de las videollamadas, aunque tal vez no tanto como podría pensarse.
El nuevo reto de la virtualidad
Durante toda la temporada de pandemia, las plataformas de videollamadas gozaron de un auge nunca visto en la industria. Zoom, la plataforma más popular, pasó de un pico de 10 millones de usuarios en diciembre de 2019 a uno de 300 millones en abril de 2020.
2021 significó la llegada de las vacunas a muchos países, así como el regreso paulatino a actividades fuera de la casa. Incluso en este contexto, Zoom, Microsoft Teams y Google Meet registraron un aumento del 253 % en la primera mitad del 2021 que, de hecho, significa un aumento frente al mismo periodo en 2020. A falta de contacto físico, las videollamadas se convirtieron en el mejor medio para mantener relaciones laborales y personales. La vuelta a la normalidad podría significar también una vuelta a los números de antes de la pandemia, pero lo cierto es que el mercado de las videollamadas se ha mantenido con un crecimiento estable.
Según la Comisión de regulación de comunicaciones de Colombia, desde 2018 se han venido detectando cambios en los usuarios en materia de servicios y aplicaciones. “A través de la tercera medición de hábitos de consumo de los servicios OTT en Colombia encontramos un crecimiento sostenido de llamadas y videollamadas a través de aplicaciones, en donde se pasó de un uso del 66 % en 2018 a 74 % en 2019 y finalmente a 78 % en 2021″, afirmó la entidad.
Para Rick Corteville, gerente ejecutivo de mercadeo en DTEN, la realidad ha estado un poco en contra del sentimiento común. “Creo que se mantendrá estable o que seguirá creciendo. Vamos a seguir teniendo gente a distancia”, afirma Corteville sobre el mercado de las videollamadas. Según él, el cambio más profundo de este servicio ha estado en las ondas culturales que ha desatado. DTEN es un empresa enfocada a crear ambientes para videollamadas en empresas y equipos de trabajo utilizando una robusta integración con Zoom.
Si bien forzadas por la pandemia, las videollamadas y los entornos en la nube han empezado a mostrar su verdadero valor para empresas e individuos. Antes de la pandemia existía un sentimiento de que los entornos laborales físicos eran más productivos que los virtuales. Corteville resalta que la pandemia le dio un giro de 180 grados a esto y nos ha enseñado a trabajar de manera remota y más individualmente. “Si hay algún aspecto positivo de lo que hemos pasado durante los últimos 2 años es que todos hemos aprendido a ser productivos cuando trabajamos fuera de la oficina”, explica.
Los entornos híbridos llegaron para quedarse
Estados Unidos está pasando por uno de los momentos más críticos en la historia de la fuerza laboral. En el país avanza un movimiento cultural denominado ‘The great resignation’ (la gran renuncia). En palabras sencillas, los trabajadores de muchas industrias están renunciado a sus trabajos en porcentajes nunca vistos. Según el reporte Work Trend Index, de Microsoft, 40 % de los trabajadores consideraron renunciar a sus trabajos en 2021.
Esto es corroborado por la CRC, que asegura que los hábitos de consumo de contenidos y servicios se han convertido en un elemento híbrido más que enteramente virtual o presencial. “Los servicios en línea, incluyendo las videollamadas, son una herramienta ampliamente utilizada por los beneficios que representan en términos de inmediatez, flexibilidad y economía, por lo cual su uso en ambientes tanto personales como corporativos se podría esperar que se consolide en los próximos años”, dice la entidad.
El hecho de que este movimiento ocurra apenas empezamos a salir del túnel de la pandemia no es una coincidencia. El Cóvid-19 trajo consigo la realidad que menciona Corteville de darse cuenta que la habilidad de trabajar remotamente se ha convertido en una demanda más que en una ventaja. Una razón principal por la que millones personas en los Estados Unidos están renunciando es porque muchas empresas están empezando a volver al esquema enteramente presencial mientras que la fuerza de trabajo demanda más trabajo remoto.
Después de la pandemia, muchos trabajadores están empezando a exigir las ventajas del trabajo remoto. En terrenos donde el talento de por sí está escaseando, como el de tecnología, la capacidad para ser parcial o completamente remoto se ha convertido en uno de los ases bajo la manga de muchas compañías. En este orden de ideas, y para enfrentar una fuerza de trabajo que cada vez demanda más una buena infraestructura remota, las videollamadas han llegado para quedarse. “No van a desaparecer. Van a formar parte de nuestro entorno de encuentros, de cómo nos conectamos. Se trata más bien de cómo lo usamos”, explica Corteville.
WhatsApp sigue siendo la más utilizada [en colombia] para llamadas o videollamadas manteniendo su uso del 98 % entre usuarios de smartphone, y aparecieron nuevas opciones utilizadas por los usuarios masivos tales como Zoom (7 %) y Google Meet (7 %) que no se reportaban antes de la pandemia.
Comisión de regulación de comunicaciones de Colombia
La realidad no es tan sencilla como para poder reducir los entornos laborales entre presenciales o remotos, sino que en los próximos años empezaremos a ver un cambio hacia entornos híbridos que integran lo mejor de ambas partes para encontrar el balance entre vida y trabajo tan importante para las nuevas generaciones.
De la misma forma, y contrario a lo que podría pensarse, es posible crear un ambiente de trabajo positivo sin tener que estar trabajando presencialmente 5 días a la semana. El reto para las empresas está en encontrar un balance adecuado. “Hay maneras de integrar eso en el día a día, donde eres capaz de construir esa cultura de equipo con un tipo de entorno remoto y no solo cosas relacionadas con el trabajo”, explica Rick Corteville.
Adicionalmente, e igual de importante, es entender que las videollamadas no han llegado a reemplazar nada, sino simplemente a convertirse en una herramienta más para empresas y trabajadores. De hecho, contrario a lo pensado comúnmente, las llamadas tradicionales siguen dominando el mercado por encima de cualquier aplicación. “Es importante resaltar que las llamadas por operador móvil mantienen su uso preferente por parte de los usuarios (87 %), y siguen teniendo una mayor penetración frente a las aplicaciones de llamadas,” explica la CRC.
Más que un micrófono y una cámara
El hecho de que las videollamadas hayan llegado para quedarse significa también el reto constante de innovar en un sector cada vez más competitivo. Para muchas empresas y usuarios puede que una videollamada sea simplemente un micrófono y una cámara, pero la pandemia ha servido también para mostrar el lado negativo de los ambientes totalmente remotos.
La fatiga que provocan las videollamadas es sin duda una de las más importantes. Según la Universidad de Stanford, las videollamadas causan más fatiga debido a que involucran un mayor contacto visual, la percepción constante de nuestra imagen en la cámara y la reducción de pistas visuales que integran manos, gestos y expresiones corporales. Tanto Zoom como Microsoft han introducido el bienestar de sus usuarios dentro de sus metas, justamente con el fin de ayudar a reducir la fatiga causada por las videollamadas.
De la misma forma, compañías como DTEN están buscando crear ambientes híbridos más intuitivos. Más allá de una cámara y un micrófono, las videollamadas del futuro deben ser tan naturales como las presenciales. Esto puede integrar, por ejemplo, pantallas más grandes, controles más intuitivos o tecnologías inmersivas como el metaverso y los cascos de realidad virtual.
Muchas videollamadas actuales están marcadas por problemas de conexión, de audio, de video, de espacio, entre muchos otros. Para que las videollamadas den ese paso verdadero para convertirse en una herramienta natural y cultural, la clave principal está en dejar de pensar que se reducen simplemente a conectar una cámara y un micrófono. Curiosamente, en pleno auge, el mercado de las videollamadas necesita ahora de una dosis de innovación para convertirlo en un elemento cotidiano más que en un fenómeno de pandemia. En palabras de Rick Corteville: “Hay que ser flexible. Si no lo eres y es una cosa en blanco y negro, entonces tienes que estar preparado para que la gente se vaya.”
Imagen principal: Chris Montgomery (Unsplash)