En Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social nos dice que un adulto mayor es una persona de 60 años en adelante. Del lado del Dane, la proyección para 2019 indicaba que en Colombia habría más de 6 millones de personas de 60 años o más, alrededor de un 13,2 % de la población total colombiana.
¿Cómo están entrando los adultos mayores en la reactivación económica, la Cuarta Revolución Industrial, la Economía Digital, la Ciudadanía Digital y tantas otras banderas izadas alrededor de la tecnología?
Con un empuje hacia lo digital, como el que ha generado la pandemia, desde diferentes sectores también han metido el acelerador a las iniciativas de apoyo al adulto mayor, tanto para formar y reentrenar, como para implementar productos y servicios pensando en el uso y apropiación de esta población, que con el paso de los años y teniendo en cuenta los cambios de vida, será mayor.
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Partiendo desde las tecnologías de la información y comunicaciones
La conectividad es uno de los pilares de la transformación de la sociedad, pero para quienes no son nativos digitales puede representar una muralla. ¿Cómo pedir una cita médica a través de una página en Internet?, ¿cómo conectarse a Internet?, ¿cómo usar un teléfono inteligente o un computador? En algunos casos hay quién les haga el favor a los mayores de realizar el proceso, o quien les enseñe en casa, pero ese es solo un escenario. Hay quienes están solos, quienes tienen alguna discapacidad (física, auditiva, cognitiva o visual), o casos en los que su círculo de personas tampoco tiene una apropiación tecnológica. O quienes simplemente no tienen conectividad ni dispositivos.
“Si queremos una sociedad conectada, una sociedad digital, necesitamos que no se nos quede nadie por fuera. El adulto mayor es una persona que no fue nativa digital y no tuvo la misma exposición, pero que está enfrentada a que sus familiares, en su mayoría sí son nativos digitales, llevan una vida paralela, desde el punto de vista tecnológico y digital, de la que está excluida o en riesgo de serlo”, comparte Mónica Hernández, directora de la Fundación Telefónica Colombia.
Agrega que para impulsar el desarrollo de diferentes sectores, el Grupo Telefónica tienen permanente equipos pensando en hacia dónde deben ir las comunicaciones y cómo aportar a las sociedades.
“El centro está en conectar personas para su vida, la vida de las personas pasa a través de las redes de comunicaciones. El grupo es muy consciente de que si bien hay muchos desarrollos, hay una responsabilidad de enseñar a usarlos lo mejor posible y lograr que la tecnología esté al servicio de las personas y no al revés. El gran objetivo es cerrar brechas digitales y que no haya ni una persona que se quede fuera, porque a partir de ahí se pueden desarrollar muchas oportunidades y cambios en la calidad de vida”.
Mónica Hernández, directora de la Fundación Telefónica Colombia.
Para lograr ese objetivo de cerrar brechas, la Fundación Telefónica trabaja desde 4 ejes:
- Educación digital
- Empleabilidad y emprendimiento digital
- Conocimiento y cultura digital
- Voluntariado
Ahora, específicamente en la educación digital, los pilares son el desarrollo de competencias digitales y habilidades para interactuar con tecnología. Que lo hace con diferentes poblaciones, una de ellas, los adultos mayores, desde la educación digital y desde el voluntariado, principalmente.
En cada eje existen diferentes iniciativas y se abren posibilidades para generar alianzas con actores que deseen vincularse a estos procesos. En el caso de las personas, el eje de voluntariado ofrece herramientas para formar formadores para que el , porque es importante entender que un adulto mayor no aprende igual, por eso se han centrado en el desarrollo de metodologías de andragogía (ciencia que ayuda a organizar los conocimientos de los adultos).
¿A cuántos no les ha pasado que en el intento de enseñar sobre algún asunto digital o tecnológico a los papás, tíos o incluso abuelos resultan peleando? Hernández comparte 3 puntos clave para tener en cuenta en estos procesos de alfabetización digital con adultos mayores:
- Llenarse de paciencia: “Es algo que a veces no tenemos con nuestra familia cercana”.
- Tener en cuenta que los aprendizajes se dan mucho mejor desde la experiencia, “aquí no hay que ser tan teóricos, hay que usar actividades cercanas y recursos de la vida diaria que le generen interés. Comenzar desde lo más sencillo e ir avanzando”.
- Interacción generacional, involucrar a tantas generaciones en un trabajo recíproco de alfabetización.
Justamente en medio de la pandemia algunos profesores destacaron las complicidades que se generaron con sus alumnos en ese proceso de educación virtual. El docente llegaba a dar su clase, pero no era una persona experta en herramientas digitales, entonces los alumnos le ayudaban; era un trueque de conocimientos. En este caso sucede igual, pero se agrega otro fragmento al ciclo.
Luego de más de 7 años de trabajo social, la Fundación Telefónica conoce bien las características y necesidades de las diferentes poblaciones de Colombia, y sabe que la interacción entre todos los grupos es clave para el cierre de brechas. “El adulto mayor tiene una característica en Colombia: es el que termina cuidando a los niños, porque los papás se van a trabajar y son los abuelos quienes cuidan a los menores. En el proceso también de formar niños, necesitamos que sus padres y cuidadores estén involucrados en su proceso educativo frente a herramientas digitales”.
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El día a día
Entender que no hay 2 mundos (uno digital y otro físico) es una tarea urgente de cara a los derechos y deberes como ciudadanos, pero también para enfrentar las posibilidades que cada entorno genera.
Donna Haraway, profesora emérita distinguida del programa de Historia de la Conciencia en la Universidad de California, plantea que las personas ya somos cyborgs, seres fusionados entre humano-máquina, criaturas híbridas,compuestas de organismos y máquinas. Un teléfono hace parte de la extensión del cuerpo; un computador, un carro, una casa, una nevera (todos estos disposibitivos dotados de ‘inteligencia’, basada en la conectividad) o un ‘wearable’, solo por mencionar algunos casos.
Justamente, los adultos mayores son una población que cada vez es más dependiente de todo tipo de ayudas, bien sea para desplazarse o para no tener que hacerlo (por limitaciones físicas o casos de salud, como el aislamiento), para ver, para escuchar, para insertarse en diferentes dinámicas (como pedir un domicilio, una cita médica o el pago de su pensión). Las diferentes tecnologías entran a tener una alta incidencia en la calidad de vida de estas personas.
¿Qué pasa si un asensor está dañado y hay que esperar horas a que aparezca el servicio técnico? Marcela Arrubla, jefe del área de innovación de Shindler, comparte que el impacto de Internet de las Cosas (IoT) y precisamente la posibilidad de tener dispositivos conectados, como asensores o escaleras, permite moniterear el funcionamiendo de los mismos en un modelo 24/7 y generar acciones. En este caso, detectar la falla y de ser posible, aplicar ingeniería remota¡; que los ingenieros trabajen en la falla y puedan solucionarla para que estos equipos estén siempre disponibles. Arrubla comparte casos como el arreglo de un asensor en 13 minutos, y que estén equipados con difentes tecnologías (visuales, auditivas y de contacto) según se requiera.
De otro lado, durante la pandemia se vieron varios casos de impulso a aplicaciones o servicios digitales de acompañamiento tecnológico para adultos mayores. Bien fuera para acompañarles a citas médicas, procedimientos, o para hacer trámites por ellos. Pero para contratar estos servicios era necesario al menos usar la aplicación (móvil o web).
El sector de la salud es justamente uno de los que más impulso han tenido, bien sea desde la prestación de servicios, desde la telemedicina, la asistencia virtual (con pantallas, e incluso robots) y desarrollos específicos como prótesis robóticas, solo por mencionar algunos casos.
Uno de estos casos es el de Ruah 60+, empresa colombiana especializada en servicios de gestión y acompañamiento para mayores de 60 años, que se centra en apoyar al adulto mayor en los procesos digitales y dar solución a la necesidad de acompañamiento permanente, en pro del mejoramiento de la calidad de vida de sus usuarios, que a la postre suman más de 262.000 afiliados de Colmédica en todo el país.
“Para cuidar la vida de los colombianos muchos de los procesos relacionados con los servicios de salud se han trasladado a plataformas virtuales. Esta situación puede generar ciertas dificultades técnicas, por lo que muchos usuarios requieren de orientación y acompañamiento en la gestión de sus trámites digitales” , señala Ricardo Mora Ramírez, CEO de Ruah 60+.
Este convenio favorecerá a más de 32.000 adultos mayores con descuentos en la membresía de afiliación a servicios de Ruah 60+, asesoría, acompañamiento y capacitación en tecnología, así como gestión de trámites en pagos, inscripciones y radicaciones, y toda la asistencia virtual que requieran. Además, también tendrán a su disposición especialistas en tecnología, mensajeros, conductores, secretarias, asistentes, personal de mantenimiento al hogar.
De esta forma, los adultos mayores pueden agilizar todos trámites de salud sin exponerse a realizar trámites presenciales, lo que se traduce en el cuidado de su bienestar físico y mental. “Esta alianza es una oportunidad para contribuir en la disminución de la brecha digital y fomentar así la cobertura de los servicios de salud en Colombia para las personas mayores de 60 años” finalizó Mora Ramírez.
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Barreras existentes para desarrollar procesos de alfabetización digital con adultos mayores
Ir al banco, al médico o ver fotos son algunas de esas actividades de la vida diaria desde las cuáles se puede potenciar el proceso de alfabetización digital, para que los adultos mayores sean incluidos y no se queden fuera de aprovechar todas las oportunidades que los entornos digitales generan. La directora de la Fundación Telefónica compartió los que considera que son los principales retos y barreras para avanzar en la inclusión digital de los adultos mayores en Colombia:
- Barrera cultural, creer que no aprenden. “Muchas veces es el adulto mayor el que se pone esa barrera y dice, ‘no, yo ya no aprendo’. ¡Mentira! Hay que abandonar esa creencia, ustedes no se imaginan la transformación de la vida de un adulto mayor”. Como lo mencionamos previamente, el problema no es la edad, es de disposición (y acceso).
- Conectividad. “El acceso es una barrera con la que convivimos en Colombia, no solo con adultos mayores, con todos los grupos poblacionales”.
- Convocatoria y disposición. “Cómo y dónde nos reunimos para aprender de estas competencias. No es fácil sacar el tiempo para formarse en algo, no es fácil convocar a padres de familia y no es fácil tener lugares donde los adultos mayores puedan juntarse a tener estos procesos. Iniciar estos procesos es complejo”.
- Recursos. “Estar acompañando requiere a alguien que se dedique a esto. Si bien hay voluntarios, hacer un proceso de formación requiere gente que esté dedicada a esto y eso implica recursos para vivir de eso que hacemos. En Colombia hacen falta recursos para una población que normalmente se ve como que ya no le está aportando a al sociedad, como que está de salida o en el final de esus días, entonces los recursos no van para ellos sino para otros que se consideran productivos, y tienen que ser incluidos para ser parte de esta sociedad digital de la que hablamos”.
Foto de portada: Georg Arthur Pflueger (Unsplash)