Colombia, en ‘educación de emergencia’; falta mucho para lo realmente virtual

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Dialogamos sobre la experiencia de las universidades en la educación virtual. Esta charla da algunas pistas sobre el futuro a corto plazo y plantea pautas.

Publicado el 09 May 2020

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Acelerados por la pandemia del COVID-19, procesos de transformación que tal vez habrían tomados años para producirse tuvieron que implantarse más por la urgencia que por una evolución planeada que llevara a un resultado exitoso, basado en el aprendizaje, en la experiencia… en la prueba y el error.

Y uno de los sectores en los que más se ha notado esta situación es el de la educación, en el que la cuarentena hizo que el país ‘aterrizara de emergencia’ en un esquema que se parece a lo virtual en los mecanismos que permiten interactuar a los actores, es decir, la tecnología (con todas sus limitaciones) que comunica a profesores y alumnos, principalmente.

Sin embargo, este modelo actual todavía está lejos de la educación virtual en términos de metodologías, enfoques, dinámicas, objetivos, inversión, medición… Impacto TIC reunió a 5 especialistas en la materia para analizar lo que está sucediendo en el mundo de la educación en Colombia y la evolución que deberían tener las instituciones de educación superior (IES) para moverse realmente hacia lo virtual.

¿Cómo se perfila la educación virtual en el contexto actual?

Óscar Duarte, director de la Dirección Nacional de Innovación de la Universidad Nacional de Colombia, resaltó la complicación que tienen los procesos de cambio en cuanto a la digitalización, “dado que los efectos resultantes de las decisiones que se toman pueden ser vistos a largo plazo”. De manera inmediata el entorno se percibe caótico y ciertamente se han cometido errores, pero solo en el mediano y largo plazo serán evidentes los resultados profundos.

En cuanto a cómo se han dado los proceso, Patricia Jaramillo, PhD en Ciencias de la Educación e investigadora en alfabetización digital, explicó que el COVID-19 “obligó de manera abrupta a llevar la educación al plano virtual, y las instituciones asumieron el reto según sus capacidades, pero es una educación de emergencia; no es presencial y aún no es el totalmente virtual”. A lo largo de la discusión explicó algunas diferencias entre la educación remota, la educación virtual y términos importantes como los encuentros sincrónicos y asincrónicos.

Brigitte Baptiste, rectora de la EAN, señaló que el asunto de fondo está en la calidad, o más bien el hecho de que no debería haber diferencias en cuanto a parámetros de esa índole. En otras palabras, sí es posible tener educación virtual de calidad, así como hay educación presencial que no la tiene. Ahora, los modelos no se excluyen mutuamente. Por eso hay que tener en cuenta cómo se pueden complementar, no solo en el escenario actual sino más adelante.

La educación virtual es muy costosa, sigue siendo subsidiada por la educación presencial. […] Ya se había trabajado en la relevancia de la educación superior y los retos y adaptaciones que demandan estudiantes y los contextos socioeconómicos. Mediante la tecnología vendrán cambios en la educación, impulsados por la COVID, y serán permanentes“, complementó Baptiste.

[su_note note_color=”#FFFF66″ text_color=”#333333″ radius=”3″ class=””]Lea también: COVID-19 impuso las clases virtuales. ¿Cómo sortear el desafío de la comprensión de lectura? [/su_note]

Los retos inmediatos, de fondo y de forma

La formación de nuevas habilidades, la capacitación en tecnología, nuevos modelos pedagógicos y dinámicas diferenciadas son, sin duda, los mayores retos. Claro, no se deja de lado el capítulo de la conectividad, pero los invitados a este debate estuvieron de acuerdo en que más allá de la tecnología como herramienta, y el acceso, primero hay que resolver otros problemas estructurales.

Duarte comentó que en la Universidad Nacional se viene trabajando desde hace 20 años en la virtualidad de la educación y que en ese tiempo se ha aprendido de las experiencias y errores, así como se ha hecho durante la emergencia. Pero la tarea todavía está a medias: “En esta coyuntura se han podido manejar aspectos tecnológicos, pero no sucedió lo mismo con los pedagógicos“. De igual manera mencionó que por parte de los estudiantes, que en su mayoría son resilientes, se entiende la molestia porque de la noche a la mañana les cambiaron la dinámica. El punto es que hay que hacer cosas de otras maneras y las mentalidades deben cambiar.

Regresando a los docentes, Jaramillo compartió su experiencia respondiendo llamadas de auxilio de todo tipo de docentes y comentó que ha identificado 4 grupos de instituciones:

  • Universidades que no cuentan con tecnologías de información y comunicaciones (las TIC) para la educación virtual, con un equipo docente no capacitado y falta de recursos.
  • Universidades que cuentan con algo de TIC y un equipo docente no capacitado.
  • Universidades que cuentan con TIC y equipo docente capacitado, pero sin modelos pedagógicos virtuales.
  • Universidades con TIC y cultura digital y que además tienen modelos pedagógicos virtuales.

Cada una está asumiendo retos diferentes. Y adicionalmente, Duarte agregó otra categoría: Universidades que han rechazado el cambio hacia las TIC y la adaptación.

Ya en el capítulo específico de tecnología y conectividad, se destacó el trabajo de las empresas de telecomunicaciones, porque están desplegando infraestructura y el servicio no ha parado, no ha colapsado, bajo una mirada general. De otro lado, el problema de la conectividad no es nuevo, pero esta situación si hizo evidente su necesidad, para estudiar, trabajar y como un derecho esencial.

Pero es una realidad que no será sino hasta dentro de 5 años (siendo optimistas) cuando se vea un salto significativo en la cobertura de conectividad fija. En este momento, hay que hacer uso de la conectividad móvil.

[su_note note_color=”#FFFF66″ text_color=”#333333″ radius=”3″ class=””]Lea también: Mayor cobertura en conectividad rural solo será real en 2025, pero se avanza. [/su_note]

En educación también se aplica una de las normas del emprendimiento: hay que equivocarse y hacerlo rápido. Así se aprende y se realizan cambios, que si no se identifican a tiempo, pueden salir muy costosos. La implementación de tecnología es cara, y si se hace sin haber resulto los temas estructurales primero, será un gran desperdicio de todo (dinero, esfuerzos, confianza, reputación, solo por mencionar algunos puntos).

Cada institución tiene un camino recorrido diferente, tienen experiencias y aprendizajes diferentes. Carlos Murillo, gerente regional de i3 Technologies para Latinoamérica y el Caribe, propuso realizar trabajo colaborativo entre las instituciones y definió la situación actual como un “aterrizaje forzoso”, por lo que destacó la importancia de la planeación.

Es un escenario difícil y desconocido en muchos casos, pero es el actual y es el que hay que afrontar. En este contexto, “hay retos muy grandes pero también muchas oportunidades. Las instituciones educativas no estaban preparadas para para enfrentar un reto grande con tan poco tiempo”, agregó José Leonardo Valencia, rector nacional de la Fundación Universitaria del Área Andina. El educador además lanzó la propuesta de crear un MOOC (Massive Open Online Course o curso masivo abierto en línea), para ayudar a otros, guiarlos en el proceso, teniendo en cuenta todo el conocimiento y experiencia de los panelistas.

Valencia también se refirió al reto que vendrá en el segundo semestre y adelantó que será complicado, por lo que la colaboración será esencial. Y en este punto Baptiste abogó por la diversidad, la agilidad y la experimentación.

¿Cuál es el principal error y qué consejo dan a los docentes en sus clases virtuales?

El gran error es pensar que no se deben cometer errores; el consejo es equivocarse, asumirlo bien, y aprender de las equivocaciones.

Óscar Duarte.

Nos debieron educar para aprender del error, debemos ser ser innovadores.

José Leonardo Valencia.

Error, creer que virtualizar es dar una charla. Consejo, no hay que centrarse en los contenidos sino en los estudiantes.

Patricia Jaramillo.

El error es no apoyar la estandarización. Hay que usar y desarrollar protocolos para la educación virtual.

Carlos Murillo.

¿Cómo se puede implementar la tecnología en la educación virtual?, ¿se deberían hacer híbridos entre los contenidos grabados y en vivo?, ¿cómo diseñar procesos de práctica profesional y práctica social en escenario remoto?, ¿cuál es la diferencia entre educación presencial y virtual en cuanto al aprendizaje?, ¿el entorno virtual elimina la interacción social?, ¿la educación virtual logra formar ciudadanos? o ¿cuál es la importancia del autodidactismo en lo virtual y presencial?. Estas fueron algunas de las preguntas que se respondieron durante la sesión.

Revivan aquí el hangout completo sobre educación virtual en instituciones de educación superior:

Foto de portada: Nathan Dumlao (Unsplash).

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Sandra Defelipe Díaz

Soy periodista, productora, formadora y emprendedora digital, y tengo el orgullo de ser la integrante más antigua de Impacto TIC, lo que ha hecho que este sea mi principal espacio de formación continua. También les tengo historias de capoeira, cultura y de Tenjo, Cundinamarca. Sandra fue periodista de Impacto TIC desde antes de su fundación hasta 2022, y sigue colaborando.

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