La gestión integral de residuos electrónicos es un tema que debería tener mayor protagonismo en la sociedad actual, una que se caracteriza por el apogeo de los dispositivos y su rápida obsolescencia, que cada vez produce más basura.
Según el Foro Económico Mundial, cada año se generan 50 millones de toneladas de desechos electrónicos; si esta cifra no se controla, podría aumentar a 120 millones de toneladas para 2050. Es urgente, entonces, crear conciencia y realizar acciones para hacer la correcta gestión de estos desechos electrónicos.
En la actualidad, en este ámbito hay oportunidades de todo tipo. Los desechos electrónicos producidos anualmente tienen un valor de más de 62.500 millones de dólares (más que el PIB de la mayoría de los países, según la ONU). También se estima que hay 100 veces más oro en una tonelada de desechos electrónicos que en una tonelada de mineral de oro (como se extrae de la naturaleza, sin procesar), de acuerdo con un reporte ambiental de la Naciones Unidas publicado en enero de este año. Sin embargo, hay que ver más allá de la utilidad económica.
Cada colombiano genera 5,1 kilogramos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos al año
Durante Campus Party Colombia 2019, gran parte de la conversación en el espacio de innovación estuvo dirigida a este tema, a qué hacer con la basura electrónica. Según David Triano, gerente de Weee Global, (empresa que gestiona los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, RAEE), es un tema complicado de abordar en el entorno doméstico, pero que tiene mayores avances en el mundo empresarial.
Actualmente, en Colombia hay una política de gestión de RAEE. Según compartió el Ministerio de Ambiente, también en Campus Party 2019, existe también una política de economía circular, para dar cumplimiento al pacto y a la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Sin embargo, además de todas las iniciativas gubernamentales que se puedan generar, el cambio comienza en casa. Por eso es necesario insistir en la importancia de reutilizar, reciclar, reducir, repensar, restaurar, reincorporar y reemplazar.
Es también urgente comprender la importancia de hacer la adecuada gestión de estos materiales. ¿Sabemos que en estos aparatos hay componentes tóxicos? ¿Sabemos qué hacer con ellos? Si no lo sabemos, es ahí donde se debe acudir a los que sí saben.
Un paso es identificar los sitios de recolección de estos residuos, como los puntos Ecolecta ubicados en los principales centros comerciales de Bogotá. Pero cada ciudad tiene sus iniciativas, por lo que vale la pena revisar la información de las Secretarias de Ambiente correspondientes.
Estos puntos de recolección son gratuitos y este es un listado de las cosas que se pueden llevar a ellos:
- Envases de insecticidas.
- Pequeños electrodomésticos (planchas, radios).
- Computadores y periféricos (impresoras, teclados, ratones).
- Televisores .
- Bombillos ahorradores y fluorescentes.
- Pilas y baterías.
- Celulares y cargadores.
¿Quién tiene un cajón en la casa lleno de teléfonos o cables viejos?
Con la etiqueta #CampusSostenible se centralizaron las iniciativas y charlas alrededor del tema, como la creación y presentación de una escultura hecha de residuos electrónicos para generar conciencia. Mientras todos los asistentes a Campus Party disfrutaban de diferentes actividades, había un artista, Felipe Urrutia, buscando un concepto para su obra.
El resultado: ‘Fragilidad’. Una especie de castillo de naipes que representa lo vulnerable del entorno. “Si algo falla, colapsamos. Creemos que vivimos en un mundo estable, pero si quitan algo, todo se desmorona”.
Fotos: Impacto TIC